martes, 30 de marzo de 2010

¡Atiende!

Hay que ver qué expresión más cubana esa de "atiende", dice mucho del alma del cubano: directa, sencilla... no sé por qué en estos días me ha venido a la mente. Quizás porque son tiempos de estar al tanto de todo lo que sucede en torno a la isla, ahora que parece que por fin vamos a empezar a salir de la inercia en que estamos sumidos desde quién sabe cuándo. Y mientras digo esto me reservo una duda razonable, pues cada vez que parece que va a ocurrir el ansiado cambio las aguas vuelven a su nivel - inexplicablemente- dejándonos a todos con las ganas. Pero algo me dice que esta vez será diferente, que finalmente las aguas derribarán el muro. Tanto jaleo no puede ser en vano, tanta esperanza no puede quedar congelada bajo un golpe de efecto. No hay que ser analista político para ver los indicios: la unidad en el exilio -inédita, si mi memoria no me falla-, el eco mediático que han tenido la trágica muerte de Zapata, la campaña por la liberación de los presos políticos -tanto la recogida de firmas en internet como las protestas de hombres y mujeres valerosos como Fariñas y las Damas de Blanco- que con sus gesta heroica han logrado atraer la atención de los medios a esta campaña a la que ya se han sumado personalidades influyentes del mundo de la cultura y de la política.
Pero quizás la muestra más fehaciente de que el barco hace aguas sea el hecho de que figuras claves de la cultura cubana como Silvio y Pablo -nunca es tarde si la dicha es buena- se hayan pronunciado -más o menos abiertamente- a favor de un cambio. Ese posicionamiento para mí es muy sintomático, finalmente se están haciéndose eco del clamor popular, ya que es incuestionable que las cosas andan de mal en peor, y aunque no hay que tirar cohetes, pues se trata tan sólo de unas grietas, a mí cada vez me queda más claro que el muro esta vez se viene abajo, son demasiadas señales, demasiadas grietas, y sobre todo parece que el exilio y la disidencia interna está trabajando unida, todos halando parejo para tumbar el muro. Y no dudo que esta vez lo logren, y me alegro en el alma. Porque ya está bien de tanto sufrimiento vano.

Pero bueno, ahora habría que pararse a pensar qué pasará cuando se caiga el muro... ¿Qué futuro queremos para Cuba? Si quieres deja aquí tu opinión.