lunes, 31 de marzo de 2008

Ahora se acerca más...

Leí una noticia hoy y me acordé de esta canción tan irónica de Pedro Luis Ferrer


... Como que mi Cuba es, ciento por ciento cubana,
mañana reservaré el mejor hotel de La Habana.
Luego me iré a Varadero y separaré una casa,
con este dinero mío que me lo gané en la zafra.

Como que mi Cuba es cubana ciento por ciento,
mañana reservaré un yate allá en Barlovento.
Quiero pasar una tarde capturando la langosta,
disfrutando a plenitud la riqueza de mi costa.

Como que mi Cuba es cubana ciento por ciento,
con dinero nacional convidaré al extranjero,
compraré en todas las tiendas abiertas en mi país
con este dinero mío, cubano como el mambí...

Quiero viajar hacia el sur a conocer la pobreza
y regresar a mi tierra ciento por ciento cubano...

Cuba ciento por ciento, si primero los de adentro
Cuba es como un espejo, si repartimos parejo.


¡Qué tipo este Pedro Luis! Hay que ver qué cosas se le ocurren.

Los pajusos



Bueno, na, que hoy tengo cuerda para rato, y digo: ¿por qué no joder un poquito en el blog, que pa algo está, no? Sí, pa joder, pa berrear, pa que nos oigan. Ahhh.

Hoy he estado toda la tarde caminando por la Avenida de los Presidentes, y me he quedado un rato detenida frente a la Facultad de Filología, donde solía pedir botella para irme para mi casa en mis tiempos de la universidad. Uno de mi aula, que era muy cuerista, decía que yo cogía botella rápido porque les prometía a los tipos que les iba a enseñar una teta. No sabía que no hay nada mejor que una cara de boba bien administrada.

Pues sí, que no se enteren mis jefes, pero esta tarde me la he pasado en el aire, soñando despierta. Es lo que yo digo, si vas (A Cuba) te quedas luego con la resaca, como cuando te comes un hongo alucinógeno y luego te quedas con flashazos del viaje. Caminaba yo por esa zona de G que se empata luego con Boyeros, esa zona preciosa de árboles gigantes, Ficus se llaman, y que siempre me dio tanto miedo atravesar. Sí, en el fondo y pese a lo exótico de la naturaleza, siempre me dio miedo pasar junto a esos árboles. La razón era que siempre estaban llenos de pajusos y constructores (respeto mucho a estos últimos compañeros que cavaban las trincheras de todo el pueblo, pero tenían tremendo queso. Igual que los pajusos).

Aquello era de cajón: cuando pasaba junto al Calixto García, por ahí por donde está el monumento que una vez llenaron de grafittis, siempre había uno de esos exhibicionistas haciendo de las suyas. Se ponían encima de una roca o detrás de un árbol y cuando pasaba una muchacha bonita aprovechaban ellos para sacarse la verga. Qué rara manía, ahora que lo pienso. Nunca, que yo recuerde, se me ha ocurrido excitarme mostrándole mis encantos al vecino, bueno, no a cualquier vecino, que alguna vez he jugado yo también a esos jueguitos.

Me acuerdo de una vez -las cosas que me pasan a mí son de película- venía yo subiendo por G y siento que me silban. Venía el sonido de encima de una de esas rocas que hay junto al Calixto. Entonces aprieto el paso y me digo: "seguro que es un pajuso, no voy a mirar". Pero, inocente criatura, no esperaba lo que siguió: el desconocido me preguntó la hora y yo como por acto reflejo le contesté, y cuando miré, pensando que un loco no iba a atreverse a tanto: ¡¡era un pajuso!! ¡La madre que lo parió! Aquel día me dio un ataque de risa. Me lo tenía bien merecido, por ingenua. Pero siempre que te pasan esas cosas te quedas con una sensación de suciedad, de rabia, de ¿por qué a mí? muy fea, la verdad. Y ¿por qué en Cuba habrá tantos pajusos, digo yo? Aquí en España todavía no me he encontrado con uno. ¿Será cosa del calor?

De verdad que me siento muy bien hoy, estaría escribiendo horas sobre cualquier bobería. Pero la cama me llama que mañana hay que trabajar. ¡Qué ganas tengo de ganarme la lotería!

¿Alguien sabe dónde está la tecla de off para dejar de comparar a España con Cuba? ¿Qué tiene que ver el culo con la llovizna?

Cualquier cosa tonta

He decidido cambiar de vida.

No voy a decir cómo porque soy una informal y luego no cumpliría mi palabra y me vería obligada a dar explicaciones.

Pero algo dentro de mí me dice que es momento de cambiar. Me siento fuerte, optimista, siento que estoy en equilibrio con mi entorno, qué maravilla ¿verdad?

No es nada del otro mundo sentirse bien, pero para quien no se conocía hasta ayer es un gran logro.

La victoria de la luz sobre las sombras.

Es todo, me siento bien, en paz, alegre y reposada.

Todo esto sin convertirme a ninguna religión ni ir al psicólogo. Solo pensando, conversando con amigos, y escribiendo en este blog.

Si esto fuera una terapia sería el momento de pedir el alta.

Pero es mucho más que eso.

sábado, 29 de marzo de 2008

Volver...

Con la frente marchita, las nieves del tiempo platearon mi sien.
Sentiiiiiiiiiiiir, que es un soplo la viiiiiiiida, etc., etc.

Por un momento creí que ya me había curado del viaje a Cuba, lo cierto es que no. Uno no sabe si es mejor volver o no volver. Estoy como la gata Flora.

Cuando no vas, tragedia: nostalgia, desarraigo, llantos por las esquinas... Ahora que cuando vas no es mejor: se te remueve todo, te preguntas qué sentido tiene estar aquí, caes en depresiones, análisis de la situación, reflexiones estériles, en fín, una calamidad. Sobre todo cuando has disfrutado por unos días de la alegría de tu gente, de la fiesta, la pachanga, y luego llegas a este primer mundo aborreciendo todo cuanto huele a civilización: la ceremoniosidad de la gente, la poca flexibilidad, eso de tener que quedar una semana o un mes antes, de tener que llegar puntual a los lugares, so pena de ser declarado persona no grata, y encima el frío ¡qué horror! Y terminas escribiendo artículos parciales, salidos directamente del corazón pero no del todo objetivos.

Pero volvamos al presente: sé que tengo el blog abandonado por mi bobería y mis crisis existenciales, además de que llevo un buen tiempo peleada con el ordenador. El muy hijo de su madre ha decidido no permitirme editar, ni siquiera escuchar los videos que con tanto trabajo grabé en Cuba para colgarlos. Falta memoria RAM, y además una buena tarjeta gráfica. Y a mí estas cosas técnicas me ponen de los nervios, me llenan de impotencia. Espero solucionarlo pronto, ya me he comprado una buena máquina que me permitirá editar los vídeos en una cosa más decente que esto que he ido colgando en Youtube. Tengo unas entrevistas chulísimas: Yoss (un buenísimo escritor cubano, y quizás uno de los personajes más pintorescos que caminan por las calles de La Habana); Eduardo del Llano (Ídem pero con el añadido de que es también guionista (La vida es silbar y Alicia en el pueblo de maravillas son guiones suyos) y director de cortos como Monte Rouge, etc.); Ernesto Pérez Chiang (otra pluma de las mejores que hay actualmente en la literatura cubana); Jorge Aguirre (director de más de 60 documentales) y hasta Juana Bacallao, la cubanísima, que está increíblemente bien a sus años (nadie los sabe), como podrán ver en el divertido vídeo que le tomé ensayando con su grupo "Tiembla tierra". Juana es mucha Juana, como diría su representante y amigo Armando Guerra (sí, Armando Guerra, que es uno de esos nombres que nunca se deberían poner juntos, como Perfecto Cuadrado, un ilustre profesor y amigo al que admiro y que siempre que digo su nombre la gente cree que es un chiste pero no lo es).

Bueno, espero que les hayan gustado los avances y que me perdonen el silencio, el trabajo, para colmo, se me había acumulado y ahora es que empiezo a responder, cuando dije que Cuba me dejó inmóvil, lo dije en serio. Debe haber una especie de trastorno psiquiátrico que te deja incapaz de responder. Casi catatónica, como el frigi, a quien echamos todos mucho de menos.

De escribir poesía ni me acuerdo, por cierto, también debe haber una especie de trastorno psicológico que te coge la musa y te la crucifica. Estrés le llaman a veces. Yo lo llamo "mariconá con el cocodrilo" (perdón por la expresión).

Para rematar, creo que necesito gafas y un transplante de coccix, casi nada. O ganarme la lotería y dedicarme a la vida contemplativa en vez de estar sentada delante de un puto ordenador.


Cambiando de tema, y para dejar la queja, que cuando empiezo a quejarme (no sé cómo mi novio me soporta) no tengo para cuando acabar, tengo una novedad bien novedosa para ustedes: en el blog de Literarte he acabado de colgar una entrevista que me ha dado El Yoyo. El autor del momento en la comunidad bloguera cubana. A ver si entre todos lo animamos a que salga del armario, que yo quiero saber si es como el de la foto, con esos bates. Na, en serio, ya sabemos que todo eso de la belleza son cosas sin importancia (aunque si está no vamos a girar la cara hacia otro lado). Vean aquí qué dice él.

Ah, por cierto, y para terminar por hoy. El 9 de abril estará dando una charla en ARCA, el mismo lugar donde yo hago las tertulias (no la he invitado yo pero qué casualidad) Zoe Valdés. Ya les traeré la primicia.

Perdonen mis silencios y retrasos en contestar. En el futuro me voy a conseguir un látigo para autoflagelarme mejor, si es que puedo mover los dedos, claro está.

Carlos Núñez y la Filarmónica de Galicia en La Habana "Setting sails"

Esta es muy buena también.

Carlos Núñez y la Orquesta Filarmónica de Galicia. "Concierto en Aranjuez"

Más de este concierto.

Carlos Núñez y la Orquesta Filarmónica de Galicia. "Tears of stone"

Este fue otro de los conciertos en los que estuve. Fue uno de los músicos invitados a la Feria del Libro, que estuvo dedicada a Galicia.

lunes, 24 de marzo de 2008

Concierto de Pablo Milanés con Chucho Valdés en la Habana

Más o menos así comenzaba el concierto.

Concierto de Pablo Milanés con Chucho Valdés en la Habana

Hola chicos: he aquí una canción del magnífico concierto que pude disfrutar en mi viaje. Durante el festival de Jazz tuvo lugar la presentación del último disco de Pablo Milanés y Chucho Valdés, en el que el primero puso la letra y el otro, por supuesto, la música.

Antón Castro canta una canción típica gallega

Este es un momento de una participación de un artista gallego en la Feria del Libro de la Habana, que como se sabe estuvo dedicada a Galicia. Se lo dedico a la Amiga Atlántica y al capitán Haddock.

domingo, 16 de marzo de 2008

Regreso

A veces el silencio es necesario. Hay que dejar reposar las ideas para evitar catástrofes y erratas, pues las palabras que nacen ya no vuelven a ocupar su lugar. Dicho esto comenzaré a contarles sobre mi viaje a Cuba, ese "viaje a la semilla", esa dulce tortura a la que me someto a cada rato, como remedio contra el tiempo y sus trampas autocomplacientes.
Cuba me dejó inmóvil, pusilánime, me enfrentó con mi imagen y al mirarme en ese espejo me di cuenta de que estaba desvariando, creyéndome los cuentos que yo misma me inventaba: cuentos en blanco y negro. Descubrí que no estaba siendo sincera con mi esencia, que me había creado un personaje, una pose de triunfadora, para no aceptar la realidad: en la lucha contra mí misma sólo yo había perdido. Mientras tanto el país y su gente (mi gente, mi historia) seguían estando ahí, mejor o peor, pero reales. Únicamente yo me había convertido en un fantasma, me había divorciado de mi esencia creando un país imaginario, de bolsillo, ignorando deliberadamente -como solemos hacer los cubanos cuando emigramos- la Cuba verdadera, compleja y llena de matices que hasta este viaje no logré entrever.
Era preciso (y fue posible) retornar a mis orígenes, al calor del hogar, a la paz que solamente se siente cuando estás junto a los tuyos, y para ello era necesario dejar de juzgar, desterrar de mi espíritu el rencor y la tristeza que me provocaba el estar lejos de mi centro. Si yo me había ido por mi propia voluntad, si había podido volver, porque afortunadamente, y a diferencia de otros que no pueden regresar por una ley injusta, yo he podido volver cada año. Si -dentro de los límites razonables- soy una persona feliz, que ha podido conocer otra cultura, otro modo de vida, y aún así continúo teniendo a mi familia, ¿cuál era el malestar? Me preguntaba. ¿Por qué, siguiendo un patrón estereotipado, me amargaba la vida juzgando a mi gente con tanta dureza, como si ellos fueran los culpables del mal funcionamiento del país? ¿Acaso no lo era yo también, por haberme ido?
Muchas fueron las dudas que me asaltaron durante el viaje: ¿tenía que haberme quedado? ¿Emigrar me había hecho más feliz? ¿Quién habría sido yo, de no haberme ido? ¿Sería una ladrona, una frustrada, o quizás habría logrado preservar la alegría que hoy echaba en falta? Al cabo de unas semanas de verdadera observación no estaba tan segura de que emigrar hubiera sido lo mejor. Al compararme con mis coterráneos (una manía que no pude dejar de practicar en todo el viaje), me sentía tan desgraciada... yo había perdido color, sabor, me había desteñido en virtud de una eventual adaptación y ahora me sentía en desventaja, un engendro sin frescura ni alegría, un personaje indefinido, ni cubana ni española, ni chicha ni limoná, una mezcla rara que desconcertaba a mis interlocutores. Y lo peor, me sentía una egoísta por haberme largado en vez de quedarme a arrimar el hombro.
Descubrí que, más allá de algunos cambios superficiales, de ciertos refinamientos y cierta responsabilidad propia de la madurez, no era mucho mejor persona que la que salió de Cuba hace ya siete años. Me noté menos generosa, ingenua, idealista, que cuando estaba allá, y en mis comparaciones hasta me encontraba poco femenina al lado de las cubanas, tan presumidas y coquetas, tan alegres a pesar de tantas limitaciones, que despertaron mi admiración y también cierta envidia.
Pero claro, todo esto no eran más que paranoias mías, el enemigo estaba en mi cerebro. Yo me había ido, como muchos, haciendo uso de mi soberano derecho a la libertad de movimiento, como ciudadana del mundo que soy, que somos todos. No obstante por momentos cierta angustia me impedía disfrutar del regreso. También, todo sea dicho, hubo momentos en que sentí una clara hostilidad; comportamientos desconsiderados, poco elegantes, ante los que tuve que sacar un extra de paciencia y buena voluntad, o ante los que simplemente estallé. Como al llegar al aeropuerto, ese matadero con su correspondiente pesa donde se le quitan a uno hasta las ganas de ver a la familia. La cueva de Alí Babá y los cuarenta ladrones.
En más de una ocasión me acordé del poema de Félix Grande que dice que "donde fuiste feliz/no debieras volver jamás", que alguna vez puse en este blog, y algunos días hasta lloré de impotencia, pero en honor a la verdad tengo que decir que los momentos malos fueron mínimos en comparación con los buenos, pues este fue, con diferencia, el mejor de los viajes que he hecho a Cuba, una vuelta a casa, una reconciliación de verdad. En esos días pude dormir a pierna suelta como antes, sentir el calor y la seguridad del hogar, sentir que pisaba tierra firme. Pero además de todo eso, que ya es mucho, pude intercambiar con gente, escuchar sus opiniones, que en el fondo no son muy diferentes de las mías, y así descubrí que lejos de lo que pensamos desde fuera, la gente en Cuba, no toda, bien es cierto, pero más que hace diez años, se está poniendo las pilas y está evolucionando en materia de competitividad. En el país de vagos ilustrados que dejé hace siete años están pasando cosas, poco a poco, desde dentro. Ya nadie se cree el cuento del socialismo, ya nadie vive con lo que le dan por la libreta. Todo el mundo está para el negocio, a veces turbio y sin ética, pero lo más importante es que la gente está despertando del sueño dorado, esa utopía improductiva que ha hecho tanto daño.
Cuba tiene futuro, yo lo veo. Un futuro brillante, aunque para ello habrán de pasar años, quizás décadas y habrá que halar parejo. Por lo pronto yo me conformo con esta alegría que me ha dejado el viaje, un viaje en que he roto mis prejuicios, he tendido puentes y me mirado a la gente (mi gente) cara a cara.

jueves, 13 de marzo de 2008

El poeta y narrador Juan Nicolás Padrón leyendo sus poemas

Lo mismo que el anterior, era para Literarte, pero cabe aquí por el tema. Ojo al primer poema.

La poeta cubana Lina de Feria leyendo sus poemas en la Feria del Libro de la Habana

Este video lo grabé para el blog de Literarte, pero me gusta tanto que se los dejo aquí también para que lo vean. Nunca había visto leer a esta mujer, pero a juzgar por el tono desgarrado de su voz y la calidad de sus versos juraría que es una de las mejores poetas de Cuba.

miércoles, 12 de marzo de 2008

Cuba el día de la retirada de Fidel

Amigos, comienzo a publicar las cosas que grabé en Cuba. Este pedazo de video lo grabé mientras iba en un taxi y daban la noticia de que Fidel no se presentaría a las elecciones. Como ven las calles estaban muy tranquilas y la gente iba a lo suyo, como si nada hubiera pasado.