domingo, 31 de mayo de 2009

Margaret, la ternura


No me puedo dormir y vengo al blog. Ayer compré un paquete de galleticas dulces con crema y me acordé de Margaret, mi querida abuelita postiza que tan bien horneaba. Más tarde estuve en un café desde el que divisaba su terraza, y la volví a pensar. Hoy vengo de ver El Gran Torino y vuelvo a recordarla, algo en la forma en que Clint Eastwood apadrina a su joven vecino y los consejos que le da me la trajo a la memoria. Las escenas se repiten en la vida de una manera misteriosa. Cuando estoy a punto de quedarme dormida caigo en la cuenta de que entramos en junio, que es el mes de su cumpleaños (cumpliría 86), y que el mes que viene van a hacer dos años de su muerte. Una vez más me congratulo del reloj que llevo en mi cabeza y que me avisa de estas cuestiones, y ya no puedo seguir durmiendo porque este hallazgo merece cuanto menos un post.
Pienso en esa manera extraña en que nos hicimos amigos, y en el lazo tan estrecho que llegamos a crear. La nuestra era una relación atípica: ella era mayor, lo bastante como para no encontrarnos interesantes a nosotros, un par de jovenzuelos. No hablaba español, venía de una cultura bien diferente a la nuestra y poseía unos modales exquisitos que denotaban una elevada extracción social, un mundo que a nosotros nos era ajeno. Por suerte nada de esto fue una barrera para comunicarnos y entablar una bonita amistad, llena de detalles. Una amistad que fue un paradigma de comunicación y tolerancia, y de la que todos, absolutamente todos, aprendimos, incluso ella, que al principio no sabía nada de Cuba y terminó por recortarnos las noticias del periódico.
Margaret cargaba de significado todo lo que hacía, y esa fue la lección más importante que nos dejó. Poseía una elegancia natural que se manifestaba en todo lo que hacía. Si, por poner un ejemplo, nos brindaba café, y uno aceptaba, lo que venía a continuación era todo un ritual que incluía vajilla de porcelana y pastas escocesas, que ella encargaba a su sobrina especialmente para brindar a sus invitados. Si, por ejemplo, se trataba de una cena o del cumpleaños de alguno de nosotros, no escatimaba esfuerzos por hacernos sentir especiales. No se olvidaba de un detalle, era la anfitriona perfecta. Aún recuerdo el día de Navidad de hace dos años, cuando cocinó para cinco invitados un almuerzo fastuoso que sirvió en una mesa decorada con unos detalles que la mayoría de los que estábamos allí (cubanos al fin y al cabo) nunca habíamos visto ni imaginado. Todo lo había hecho ella sin ayuda, a sus 84, y todo lo quiso recoger y fregar ella misma, pues tenía un orgullo tremendo y no dejaba que nadie la ayudara, aunque yo últimamente le había cogido la baja y la chantajeaba diciéndole que si no me dejaba fregar no iba a aceptarle más invitaciones, pero era cabezota hasta decir no más.
Conocerla me hizo darme cuenta del escaso nivel de educación formal que traemos de Cuba, de la falta de detalles, de la falta de historia y de patrones en mi caso particular. Pienso cuánto la maltratamos con nuestros regalos de la feria: esas tacitas de barro pintadas de colorines que le regalamos una vez y que ella colocó sin vacilar en el lugar más visible de la cocina, mientras su vajilla de porcelana y sus cubiertos de plata sufrían envidiosos en los cajones. Pienso en el poco valor que le dí a sus regalos, que eran muchos y de buena calidad. Como aquella planta que dejé morir de sed, o ese jersey de cachemira que metí en la lavadora y que quedó inservible, apto para una niña de seis años. Y no por falta de consejos, porque bien que me explicó cómo se lavaban esas prendas delicadas pero yo no tuve la paciencia ni el deseo de seguir el protocolo, y tiré por la borda su regalo. Pero fueron tantos que mi indolencia aún no ha podido acabar con todos ellos -a pesar de mi esfuerzo por no conservar las cosas más de lo necesario- y aún puedo acordarme de ella cuando me pongo las pantuflas o el pijama que dice: "Make my dreams come true", porque la muy condenada apuntó a lo más íntimo y tierno y acolchado: las bufandas eran su fetiche, y el pastel de manzanas hecho por ella misma su regalo de despedida. De ahí que una no pueda olvidarla aunque pasen los años y de ahí también esa sensación de deuda infinita para con ese ser extraordinario que fue nuestra amiga Margaret.

sábado, 30 de mayo de 2009

Cantante de boleros

Voy aproximándome peligrosamente a mi sueño de ser algún día cantante de boleros, de esos boleros desgarrados, decadentes, bien almibarados, que en el fondo yo soy una romántica perdida.
Me pregunto si tendré el valor de hacerlo alguna vez en público; a lo mejor me lanzo y me quito esa espina clavada, y estará bien, aunque es probable que nunca lo llegue a hacer, y también estará bien porque yo lo que disfruto es descubrir los boleros, maravillarme con sus letras cargadas de sentimiento y sabiduría callejera, detenerme en las inflexiones de las voces, y luego cantarlos en la ducha o en la cocina mientras hago la cena, porque yo soy cantante de puertas hacia adentro, como mi mamá, es una tradición familiar.
De momento sólo tengo un espectador, mi chico, que se burla de mí y sube la tele porque él no entiende nada de boleros, lo suyo es la guaracha, la cumbia, no sé, cosas más ligeritas, que eso de los boleros está pasado de moda, lo sé, pero nunca he estado muy actualizada en eso de las modas.

viernes, 29 de mayo de 2009

"Iyamile" (Canto a Ochún). Trivoces

Este fue un fragmento del concierto que celebramos el otro día en ARCA, con el grupo Trivoces. Noten qué bien intepretan estas chicas mallorquinas los cantos afrocubanos, este es el canto a Ochún, uno de los que más me gustan, por lo alegre que es. Disfrútenlo, ya a mí se me montó Ochún.

Esta Historia - Niuver - L'Epicentre -Ginebra

Como me gusta lo que hace esta chica, va a llegar muy lejos, yo lo sé. Vean esta canción qué buena es.

miércoles, 27 de mayo de 2009

En mi cabeza

Nadie hubiera dicho si me viera ahora que hace apenas diez minutos estaba llorando de infelicidad. Es lo que tiene ser bipolar... No, ahora en serio, escribía una soporífera carta cuando de pronto me dio por releerla y me dije, ¿cómo no vas a estar deprimida si constantemente te quejas y sientes lástima de tí misma? ¿Es que no has aprendido nada en todos estos años de cadenas de mensajes de Powerpoint y sesiones de psicología de café con tus amigas? Decidí modificar la carta, a fin de no dar tanta pena, y en esas estaba cuando me dio por reírme. "Eres patética", me dije, y me empecé a relajar y a darme cada vez más cuenta de que todo el problema está dentro de mi cabeza. Todo, absolutamente todo en mi cabeza: el miedo y las indicaciones para superarlo, la vergüenza y el exhibicionismo, la inteligencia y la obcecación más absoluta. Todo, como en un supermercado, sólo que el mío se empeña demasiado en regalar sus productos por miedo a que no los compren pues no está acostumbrado a la competencia. Pero todo se andará.

martes, 26 de mayo de 2009

¡Felicidades, Juana!

Mi admirada Juana Bacallao está de cumpleaños y no podía dejar pasar la ocasión de felicitarla y desearle un día maravilloso y muchos años más de vida. Me dice Armando Guerra, su representante en Cuba, que lo va a celebrar en una gran fiesta en la Casa de la Música de Galiano con muchos músicos, como ella se merece. ¡Que lo pases muy bien, Juana, y que sigas así de espléndida, para que como tú dices, haya Juana hasta el 6000!
Aprovecho para mostrarles unas fotos que le hice el año pasado, cuando tuve la ocasión de entrevistarla.




Juana en el Hotel Nacional, posando junto a la foto de Rita Montaner, quien fuera su entrañable amiga.
Cualquiera diría que esta e suna foto de sus quince.




lunes, 25 de mayo de 2009

Yo pagué a mi ángel

¿Creen en los ángeles? Yo no creía hasta hoy, por eso cuando me quedé varada en la calle, la rueda ponchada hasta la llanta y ví a aquel señor de pelo blanco que salió de la nada (de la cafetería de enfrente) y me vino a socorrer tan diligentemente, no supe cómo reaccionar.
Como si no bastara con dar las gracias -tan prostituida está la palabrita- me vi en la obligación de pagarle lo que estaba consumiendo pues me parecía que lo contrario era una descortesía, casi una desfachatez. Y fue todo uno salir del bar y darme cuenta de la torpeza de aquella acción y de todos los valores que acababa de tirar por tierra. Mi mente ya no concibe la solidaridad, mi esquema se va volviendo capitalista y ya no deja lugar a la sorpresa, a la poesía. Estoy retrocediendo a pasos agigantados, y lo peor es que este proceso de "civilización" deja secuelas irreversibles sino en uno, al menos en los demás. Como ya he empezado a notar.

sábado, 23 de mayo de 2009

Desde fuera, por Queseto

Mi querida amiga Queseto ha querido expresar su opinión a través de este blog, lo que es para mí un orgullo. Aquí se las dejo.

Tras 16 años viajando a Cuba he llegado a la conclusión de que (Cuba) es un tema tabú en la red. Eres automáticamente bombardeado si no comulgas con la línea del sitio en cuestión. Sea cual sea.

Todo el mundo que opina tiene sus razones, sus pasiones, sus verdades… pero desgraciadamente, los que más se oyen son los que no quieren escuchar a los demás. Y los que más hablan representan posturas tan antagonistas que acaban confluyendo y siendo similares en la forma, una forma tan desagradable que hace que el fondo pierda valor y sentido.

Pero entre esas dos posturas hay muchas que no se escuchan, porque no se dejan oír. Entre ellas, la mía.

Me he auto-censurado porque, sinceramente, no me interesa tomar parte en un ridículo campo de batalla, que parece ser el único medio para poder opinar. Así que me alejo de los temas bélicos y los dejo para los guerreros que gustan de probar sus nuevas armas, ver el alcance de sus municiones y jactarse de contar los muertos del “enemigo”.

Por el hecho de no ser cubana, sin querer, ya se me posiciona y etiqueta y mis opiniones no cuentan, no sirven.

Pero mi visión es real, es la mía. Lo que yo veo no lo puede ver un cubano, pero parece que eso no interesa lo más mínimo, se menosprecia, se desprecia y no cuenta. Porque lo único que interesa es la batalla, es ganar la guerra, cuantos más cadáveres, mejor. Parece que se ha perdido la facultad de escuchar al otro, al diferente, de analizar los posibles puntos de vista de alguien ajeno (o no) al “conflicto”, con todo lo positivo que eso puede aportar. Qué manera más ridícula de limitarse, ese “tú cállate, tú no sabes, tú no has vivido, tú no has pasado por, a ti no te han hecho…”. Por eso me limito a ver, escuchar, leer y callar. Con tristeza.

Tengo la satisfacción de contar con grandes amigos cubanos, dentro y fuera de la isla, con visiones diferentes sobre Cuba, y eso, como dicen los cubanos, “me basta”.

Seguiré reprimiendo mis ansias de explicar mi punto de vista en la red, me niego rotundamente a formar parte de cualquier tipo de guerra, de tener que usar armas dialécticas, me niego en redondo a entrar en ese juego. Ojalá hubiera, en algún lugar, algún terreno francamente abierto a opiniones diversas donde escuchar al otro fuera lo importante, donde aprender de otros puntos de vista fuera edificante, donde no se juzgara a nadie ni por su procedencia, ni por cualquier otra razón. Juzgar es un verbo fatídico, implica prepotencia, sentimiento de superioridad, creerse poseedor de la verdad y facultado para desestimar al otro. Y la verdad es que cada uno tiene su verdad, su válida razón de ser, de vivir, de pensar y, por supuesto, de opinar.

miércoles, 20 de mayo de 2009

Dos años no es nada


Si decía Gardel que 20 años no son nada, qué van a ser apenas dos, ¿no?

Pero para mí han sido dos años muy intensos, los más enriquecedores de mi vida, en los que he conocido a amigos virtuales, que luego han pasado a ser reales y que son maravillosos, y en los que he pasado de la ingenuidad al activismo político, volviendo finalmente a la ingenuidad, porque me llenan más las cosas pequeñas que las grandes cuestiones de la política, que es tan complicada.

Y bien, aquí estoy, viva, feliz, con ganas de celebrar estos dos años, hoy me daré un homenaje, y si no es hoy mañana, o este fin de semana, ya les contaré.

El arte de quererse bien

En la carta de Martí a María Mantilla hay una frase entre todas que me gusta especialmente, y que dice así: "procurará mostrarse alegre y agradable a los ojos porque es deber humano causar placer en vez de pena, y quien conoce la belleza la respeta y cuida en los demás y en sí". Cuánta sabiduría hay en esta frase, como en tantas otras de este gran hombre que fue Martí.
Yo no sé por qué últimamente me ha dado por pensar en la belleza, será porque me estoy haciendo mayor y ya noto el paso del tiempo en mis carnes, que quieren expandirse a toda costa, lo cual me obliga a ir al gimnasio para no perder mis encantos de madona renacentista, y me da que pensar. Me pongo a observar a la gente por la calle a ver cómo se comportan, cómo envejecen, y comienzo a preocuparme por cosas que antes no me preocupaban, como las canas, los dientes y las arrugas, me pregunto cómo me ven los otros y alguna que otra vez siento vergüenza si me parece que no estoy a la altura de las circunstancias, en fín, que me ha salido una nueva preocupación, un nuevo hobby. Señal inequívoca de que los años me van cayendo encima y oxidando mi espíritu (o enalteciéndolo, quién sabe, quizás el aprendizaje de mantenerse bello forma parte de un estadio superior del espíritu, quizás conservar la belleza es el verdadero reto de la edad, vaya usted a saber). El hecho es que cada vez me siento más identificada con la búsqueda de la belleza (natural, no la estereotipada) y ciertas cosas que antes me parecían frívolas ahora van adquiriendo sentido para mí, y voy entendiendo las ventajas de "mostrarse alegre y agradable a los ojos", porque es algo que está íntimamente relacionado con la fuerza de voluntad y el optimismo, algo que no es banal en absoluto, que es toda una ciencia: la ciencia de la gratitud, el arte de no dejarse abatir por las dificultades, de surcar los años y llegar íntegro a la otra orilla, el arte de quererse bien.

lunes, 18 de mayo de 2009

NO TE SALVES - MARIO BENEDETTI - CORAZON CORAZA

Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza

porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro

porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.

domingo, 17 de mayo de 2009

Se nos fue Benedetti


¡Carajo! Se murió Benedetti, qué triste noticia para la poesía y sobre todo para sus admiradores. Sirva como homenaje este gran poema, uno de los que más me gustan de él. Por cierto, no sabía que Benedetti había vivido en Palma de Mallorca entre 1980 y 1982, voy a indagar más sobre este tema que es para mí una hermosa casualidad. Realmente es una pérdida irreparable. Que descanse en paz junto a su mujer, Luz.

No te salves

No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma

no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios

no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo

pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana

y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo


Este poema me gusta tanto que una vez lo leí en público, esto fue con unos amigos en un homenaje a Salvador Allende y Pablo Neruda.



sábado, 16 de mayo de 2009

Saudade

Mis primeros escritos en prosa se los enseñé al marido de una por entonces amiga, un hombre mayor que escribía unas historias sórdidas y bien tejidas, precisas como bombas de relojería. Aquel señor leyó mi manuscrito y me dijo que lo que más le había llamado la atención era la nostalgia que destilaba mi historia, nostalgia de una época -el esplendor de la nueva trova- que yo no había vivido o si la había vivido debía ser tan niña que era raro que me acordase y que manifestase aquel gusto por unas canciones que me eran ajenas y que sin embargo estaban ahí, en mi texto, "como si hubieras vivido en otra vida", concluyó. A mí me gustó que me descubriese esa parte de mí que yo desconocía, y también me asustó, pues fue como descubrir que alguien me había dictado aquella historia al oído, alguien más viejo que yo, con más vivencias y desde luego con muchísima más melancolía que la que podía haber acumulado a mis veintipocos años.
Aquel comentario se me quedó grabado por ser uno de los primeros que sobre mi obra vertía alguien, más siendo alguien cuyo criterio venía avalado por los años y por su quehacer literario. Más tarde he vuelto a pensar en esto en esas ocasiones en que me invade una melancolía inexplicable, inconmensurable, ancestral; una tristeza tan grande que no se resuelve con expulsar del cuerpo unas pocas lágrimas, algo profundo, gratuito y sin aplicación posible, como el amor pero a la inversa, un dolor hacia adentro, debajo del estómago, una penita que me impide reír a carcajadas y que se acentúa algunas noches hasta empujarme a dar cabezazos contra la pared.
A veces pienso si no habrá algo de brujería en todo esto, algo así como un karma, unas manos detrás del telón moviendo los hilos de mi vida, pues son ya muchas coincidencias; que el día de mi nacimiento un amigo de mi madre me escribiera un poema que terminaba así: "álzate, niña y vuela que a tus pies/ pendientes de tu risa hay todo un mar/ de tiernos corazones". Todo un bautismo poético en mi nacimiento, y yo sin sentir la poesía hasta que un buen día tocó a mi puerta, y fue como una fiesta a la que hubieran venido todos: mi abuelo Juan Ferrer con su guitarra, mi madre con sus boleros, mi padre con su silenciosa sensibilidad, todos presentes en ese ritual de entregarme la lira, de quitarme la venda de los ojos y descubrirme que en la paleta de la vida existían, además de los colores primarios, toda una serie de matices que a veces, muchas veces, se inclinaban hacia los tonos ocres del otoño, esos que en mi niñez aborrecía, pero que ya entrando en la etapa adulta encontraba confortables, apropiados para expresar mis recurrentes estados de abulia.
Definitivamente creo que hay algo de magia en todo esto, magia sin artificios, de verdad. Creo que los melancólicos compartimos un lenguaje común que nos hace reconocernos en la multitud, como se dice que hacen los enanos.

viernes, 15 de mayo de 2009

Como gatos, rasgarnos la moral

Este fue otro de los poemas que leí en el slam. Con los nervios y la oscuridad me comí una estrofa, les dejo aquí el poema completo.



Como gatos, rasgarnos la moral

Había que arrasar la mesa y ponerse en acción
mas no lo hicimos.

Como salvajes, correr tras de la pieza
mas no corrimos.

Como gatos, rasgarnos la moral
maullar, subirnos al tejado y revolcarnos
y dar vueltas y vueltas
correr, saltar las vallas…

Y en cambio tú me diste tu sonrisa
y yo te di un papel, que era mi alma.

Hablamos y hablamos y volvimos a hablar hasta cansarnos
de la casa, el trabajo, las noticias,
los ideales, el tiempo, el destino…
Intentando llenar con las palabras
el tremendo vacío.

La luz que vi en tus ojos
se fue apagando sola
y la mía tres cuartos de lo mismo.

Tú pagaste la cuenta y mientras tanto
yo guardé en la cartera mis instintos.

Nos fuimos despidiendo
con beso en la mejilla y un suspiro
coloidal, impotente,
oscuro, cual deseo reprimido.

Yo no lo sé de cierto
pero dicen que allí donde dijimos
adiós, se secó un árbol
justo en el sitio en que nos despedimos.

Lujuria

El otro día participé en el Slam poético que organizan Antonio rigo y Jorge Espina en el café L'Antiquari. Este fue uno de los poemas que leí.
Si alguien quiere saber más acerca de estos encuentros poéticos, que visite el blog http://slam-antiquari.blogspot.com/

jueves, 14 de mayo de 2009

Agobiada

Bueno mi gente, vuelvo al blog después de tantos días ausente por falta de tiempo y de Internet, pero bueno, ya está, y aunque sigo sin tiempo para divagar, lo cierto es que extraño la complicidad que me ofrece este espacio que ya va para dos años el día 21 de mayo. Dos añitos ya, qué joven y sin embargo qué mayor, y cómo ha cambiado a lo largo de todo este tiempo (y cómo he cambiado yo gracias a él también).
Cuando entro en estas rachas paralíticas lo cierto es que a veces los dedos se me van detrás de alguna noticia que me parece interesante, pero me detengo cuando pienso que seguro algún otro blog ya la ha publicado y sinceramente ya paso de hacer un blog actual, prefiero que este sea un espacio íntimo y relajado, ya que en definitiva el tiempo no me basta para actualizarlo como debería, así que al menos tendré por aquí a unos pocos y fieles lectores que deseen compartir conmigo mis vivencias, que no son mejores ni peores que las de otros blogueros, simplemente son las de alguien que no tiene temor de compartirlas, aunque no todo se comparta porque todos tenemos secretos, ¿verdad? Y así es mejor, siempre quedará algo por decir, sería muy aburrido mostrarlo todo, todo, sería además vulgar.
Bueno ya que no tengo tiempo para historias de ficción les contaré qué ha sido de mi vida en este tiempo. Estoy trabajando mucho, como ya dije, que para salir de pobre hay que currárselo, mucho más cuando una es negada para las finanzas, aunque a eso he tenido que aplicarme en estos últimos tiempos, hasta me he apuntado a un curso de emprendedora, para darle más seriedad al asunto este de montar una empresita, ah, por qué me meteré siempre en camisa de once varas... eso mismo debe estarse preguntando Queseto, que además tiene que lidiar conmigo y con mis despistes, pero bueno, no me echaré tierra encima, que tampoco soy tan desastrosa. Hay una parte de mí que es racional y a la que se le dan bien ciertas herramientas como el diseño gráfico, el diseño web y la edición de contenidos, así como las relaciones públicas, en eso último dicen que soy buena, yo lo único que sé es que tengo muchos amigos, nada más.
Lo que peor llevo son las finanzas, con el dinero tengo una especie de karma que me impide tener más que lo justo a mi pesar, porque Dios sabe que me gustaría tener mucho dinero para invitar a todos mis amigos a una gran fiesta y para regalarle un poco a mis amigos bohemios, esos que por buenazos nunca tendrán nada suyo, y para mandar para Cuba y que mi madre no siga pasando trabajos con su motocicleta o con su piso 12 cuando no hay ascensor cosa que pasa con frecuencia. También le diría a mi papá, que ya tiene 60 años y vuelve a estar en paro, que se tomara un descanso y que no se preocupara de nada. Le pondría un estudio de arquitectura bien bonito para que hiciera lo que tanto le gusta: proyectar, y no tuviera que seguir haciendo trabajitos por debajo de su nivel por culpa de su edad y procedencia. Crearía una agencia de colocación para personas de más de 50 años, una empresa que valorase la experiencia por sobre la apariencia, y donde hubiera un trato igualitario y humano para todos, sean de donde sean, y un servicio de psicología para paliar las secuelas de la discriminación y el mobbing, donde hubiera una oportunidad de volver a empezar, volver a soñar e ilusionarse después de los 50 y 60. Y daría trabajo a mi amiga Miky, excelente secretaria que atraviesa momentos difíciles, a mi amigo José Joaquín, abogado colombiano que trabaja de maletero en el aeropuerto, a mi amigo Antonio Saura, hombre culto donde los haya, un verdadero poeta y un gran profesor que me ha abierto los ojos al conocimiento de la lengua catalana, de la poesía universal, de tantas cosas que sabe este hombrecito taciturno que es una pena que no esté dando clases en una universidad, pero todo se andará, porque aunque yo no tenga una varita mágica ni una agencia de colocación sé que él, al igual que estas otras personas tienen una lección que aprender antes de conquistar el éxito, cada uno la suya, y a veces esa lección es simplemente quererse y valorarse más, o no tener miedo al éxito, o preocuparse un poco menos de los demás y más de sí mismos. Aunque la realidad es que el tiempo va pasando y las probabilidades disminuyendo, y yo a veces me desespero y quisiera abrirles los ojos e indicarles el camino, porque pienso que quizás no lleguen a lograrlo y que sería una broma de mal gusto que yo supiera las respuestas y no se las dijera... pero sé que he de morderme la lengua y ayudarles en otro sentido, y ayudarme a mí también, al menos no olvidarme de mis propias necesidades, cosa que hago muy a menudo.
De todos modos lo de la edad y el trabajo, que es un tema ya para mí recurrente porque me duele que la humanidad sea tan desagradecida, es un asunto que, aquí en España, es grave, pero bueno, con estos bueyes hay que arar, o cambiar de país, aunque sería mejor que el país cambiara.
Este post ya me va quedando muy largo, y se me ha desmadrado, como siempre. Buenas noches tengan todos.

lunes, 4 de mayo de 2009

Mi nuevo proyecto: Tumbaito.com


Hola amigos:

Quiero mostrarles mi nuevo proyecto, ése en el que he estado trabajando últimamente y que me ha quitado horas de sueño: Tumbaito.com
Se trata de una nueva empresa que he comenzado hace apenas dos meses conjuntamente con mi querida socia y amiga Queseto (su nombre blogosférico) y que espero dé sus frutos no sólo materiales, sino que podamos encender en estas tierras el gusto por la cultura cubana. Por todo tipo de cultura, sin prejuicios. Ahí les dejo este link por si quieren echarle un vistazo.
Un saludo a todos, espero que lo disfruten.