lunes, 30 de noviembre de 2009

Próximo 5 de diciembre: llamamiento por los derechos humanos en Cuba


El próximo sábado 5 de diciembre tendrán lugar en varias ciudades del mundo manifestaciones a favor de los derechos humanos en Cuba.
También tendrá lugar en Internet una gran Blogacción para dar a conocer al mundo la situación de los derechos humanos en Cuba, sobre todo de la libertad de expresión, asociación y movimiento, que a mi juicio son los más críticos.
Más información aquí.

viernes, 27 de noviembre de 2009

María Isabel Ballester lee un poema



Esta mujer es una gran artista, pero grande de verdad. Si quieren ver su obra, pueden entrar en su web: http://www.mariaisabelballester.com
Estoy impresionada con la calidad de sus esculturas, sobre todo el detalle de los rostros, fíjense en la escultura llamada "el viaje", la expresión de dolor de los que van en la patera. Es realmente impresionante.

Leyendo en la galería de María Isabel Ballester II

Este quedó cortado, lástima, pero igual espero que lo disfruten y puedan apreciar la belleza y la magia de ese lugar. Qué lujo poder estar ahí. Gracias a la familia Ballester y en particular a María Isabel quien tuvo la gentileza de regalarme una novela de su padre: "Apuntes para la destrucción de un cuadro". He leído la poesía de Cándido y me ha encantado, estoy segura de que esta novela también me va a gustar.

Leyendo mis cosas en la galería de María Isabel Ballester I

La noche del miércoles fue una noche preciosa, fui invitada a participar en esta lectura íntima en un lugar mágico como pocos he visto en mi vida: el taller de una gran artista plástica argentino-mallorquina, en el que conviven sus esculturas fascinantes con los cuadros no menos hermosos de su padre, el pintor y escritor Cándido Ballester. Qué delicia de noche y qué familia talentosa, incluyendo a Marcela Ballester, que también leyó su prosa poética y a Santi, que ya lo han visto lo bien que se desenvuelve escribiendo sus propios relatos.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Pablo Milanes canta "Tú eres la música que tengo que cantar", de Tony Pinelli

Qué maravillosa canción y qué buena la interpretación de Pablo y su grupo. Esta es una de esas canciones antológicas de la música cubana. Disfrútenla.

martes, 24 de noviembre de 2009

Apuntes para el encuentro

Los caminos de la sabiduría son diversos y están llenos de errores. Me pregunto, por ejemplo, qué pensará gente como Yohandry, como Elaine y otros blogueros jóvenes que escriben propaganda política por encargo desde Cuba, cuando el día de mañana miren atrás y vean que en su obcecado empeño de espadachines de la Revolución han faltado el respeto a cientos de miles de buenos cubanos que viven en el exilio por culpa de un gobierno totalitario y absurdo. "La juventud es una enfermedad que se cura con el tiempo", una vez escuché esta frase muy certera, y también esta otra: "la ignorancia es atrevida". Pero no todo ha de achacársele a la juventud y a la ignorancia; tiene que haber cierta predisposición al fundamentalismo y a la manipulación. De lo contrario no me explico tanta ceguera, tanta doctrina, saliendo de unas mentes que por su juventud deberían estar más abiertas a cuestionárselo todo y no a justificarlo todo, a querer tapar el sol con un dedo, a repetir el guión aprendido sin pararse a pensar si el fín -la perpetuación de ese sistema de valores fallido- en realidad justifica los medios.
Estos blogueros saben que "se la tienen jurada" fuera de Cuba, incluso alguno de ellos ha denunciado haber sido amenazado de muerte a través de Twitter en más de una ocasión, lo cual no me extraña, el pueblo cubano es violento y hay tanto rencor entre los exiliados, dolor que se ha ido amasando año tras año, impotencia tras impotencia y manipulación (de uno y otro lado) tras manipulación. El resultado puede ser una bomba de neutrones, un estallido de violencia sin precedentes que hay que procurar apagar y controlar pues para nada va a ayudar al encuentro de la nación.
Del otro lado, como ya pudimos ver en ese triste episodio de la calle G, hay mucha desconfianza hacia lo nuevo, mucho comportamiento atávico (aunque eso pudiera decirse que lo hay de los dos lados), un patriotismo visceral y mal entendido que no facilita el diálogo, y mucha miseria, material y humana, obstáculos que habrá que sortear con inteligencia y con mucha paciencia para lograr un entendimiento de igual a igual en aras de una Cuba mejor. Habrá que descartar la violencia y los ajustes de cuentas del tipo ojo por ojo, de lo contrario la espiral de odio será imparable y crecerá por los siglos de los siglos. Hay que aprender de los errores del pasado y de los ejemplos más que fehacientes que vemos en los telediarios; el caso de Israel y Palestina, que es el súmum de esa escalada de violencia sin fín. No hay que dejar que la sangre llegue al río, al contrario, hay que impedir por todos los medios que se derrame una gota de sangre de nuestros hermanos en ese encontronazo que está por venir, (yo quiero pensar que ya queda menos para que se produzca al fín) y en ese momento hay que poner en práctica aquello de que "hablando la gente se entiende" y sobre todo el respeto y la comprensión, que son las bases de la paz.
Ojalá que el castigo mayor para los intolerantes sea dar de bruces con sus propios errores y recibir el amor de aquellos a quienes en su día hicieron daño.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Pueblo estúpido


Cuando la estupidez y el salvajismo alcanzan cotas tan altas como ésta, me doy cuenta de que no pertenezco -ni nunca he pertenecido- a esa manada de bestias vociferantes, a esa gentuza vulgar que quieren hacerme pasar por el pueblo cubano.

Cuánta ceguera, cuánto odio en esos rostros descompuestos. Lo peor es que no saben que en realidad a quien odian no es a Reynaldo Escobar sino al concepto que él representa: la libertad, la posibilidad de disentir, el coraje de dar la cara. En vez de volcar su odio contra quien les ha hecho miserables dándoles pan y circo para olvidar que están presos de por vida, la emprenden contra el crítico de turno, el que les hace sentir incómodos poniéndoles un espejo en las narices. Cerdos rabiosos, violentos y abusadores. Guaracheros ignorantes.

Me parece estar viendo Memorias del Subdesarrollo. La comparsa me dejó descolocada: pan y circo, ¿y dónde estaba la pipa de cerveza? No salió en el vídeo pero seguro que estaba por ahí. Cuánta vulgaridad, cuánta mediocridad, ¿y ese es el país por el que suspiro yo? ¡Ah, Cuba, Cuba, cuántos disgustos me das! Qué manera de criar guaracheros y otras sabandijas, qué falta de elegancia en tu gente, cuánto has perdido en todos estos años.

Afortunadamente existe gente con decencia, con valor e inteligencia para enfrentar el espanto y el mal gusto, y cada vez son más, somos más, aunque por desgracia los otros son más ruidosos: tienen los pulmones entrenados a base de gritar estupideces como papagayos.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Julio Cortázar: Dadora De Las Playas

Al parecer el trópico cubano hizo mella en Cortázar. Me pregunto quién le inspiraría este poema tan hermoso. A lo mejor anda por ahí sabiendo que ella es la "dadora de las playas".

domingo, 15 de noviembre de 2009

Que ya es mucho cuento la vida

A veces los niños nos dan lecciones maravillosas. Vean aquí a Santi, el maravilloso hijo de Marcela, que a su corta edad ya escribe cuentos tan filosóficos como éste.
Me encanta este niño, dicho sea de paso, es tan inteligente y despierto como pocos he visto.
Lo que más me gusta es el final de cuento, lástima que lo cogí empezado.

martes, 10 de noviembre de 2009

De escritores desconocidos II

La historias se repiten en la vida de un modo caprichoso. Yo vengo de una familia de gente campechana, que se quita lo suyo para dárselo a los demás. Hablo de mi padre y mi madre, que cada uno por su lado bien podrían montar una ONG. No es extraño, por tanto, que el peso de su ejemplo me haya caído encima como una piedra (en ocasiones lo he sentido así, sobre todo cuando no entendía la importancia de ayudar) y que de vez en cuando aporte mi granito de arena para hacerle la vida más agradable a quienes me rodean. No es que sea la Madre Teresa de Calcuta, aclaro, pero me gusta ayudar a las personas a conseguir sus metas, mucho más si está a mi alcance.
Creo que la solidaridad es una fuerza tan poderosa que por sí sola podría regir el mundo. Mi experiencia personal me ha llevado a encontrar por doquier a gente que funciona según esta dinámica de intercambio, de amor, de amistad, que son los valores que quedan cuando todo se derrumba alrededor, como pasa ahora que todo está patas arriba con esta maldita crisis. Y sin embargo el amor sigue en pie, los valores de la familia, de la amistad siguen en pie y son casi los únicos en los cuales podemos confiar, porque son los auténticos. Todo lo demás es impostado y prescindible.
El mundo es un lugar más confortable cuando alguien te tiende una mano en el momento oportuno, sobre todo si no intenta cobrártelo a la primera de cambio. Pero no hay que olvidar que como dice el refrán "es de bien nacidos ser agradecidos", por ello yo discrepo de los que dicen que no hace falta agradecer a la persona que nos benefició si hacemos el bien a otra. Esta idea me parece hoy por hoy algo acomodaticia, yo prefiero que me reconozcan y reconocer a su vez, lo otro es filosofía budista o simplemente dejadez. Y lo dice una que tarde se ha dado cuenta de la necesidad de ser consecuentes, pues antes he dejado embarcado a todo un pueblo.
Pero bueno, como somos humanos, lo cual implica que somos torpes y tropezamos no dos sino más veces con la misma piedra, y existe eso que se llama el arrepentimiento y el perdón y la segunda oportunidad, terminamos aceptando pulpo como animal de compañía, somos tolerantes a la hora de juzgarnos (menos mal, ya que somos tan imperfectos) y nos permitimos intentarlo de nuevo, aunque no hay que olvidar que el daño queda. Eso no hay que olvidarlo.
Dicho esto voy a lo que iba, que como siempre me pasa, me he ido por las ramas.
Recientemente, el destino me ha puesto en el camino a una persona, para que yo la ayude del modo como no pude ayudar a mi vecino Fito. Sé bien que no necesariamente ha de haber una relación entre estos dos fenómenos, pero a mí se me antojó (vaya idea peregrina) que sería una buena manera de resarcirme, y también de aprender. Cuando una amiga me habló del caso de Catalina, una señora de 84 años que buscaba a alguien para pasar sus memorias al ordenador y editarlas, no me lo pensé dos veces y fui a su encuentro. No sabía ni cuánto pagaba, pero no me importó. El simple hecho de poder acceder a esta fuente de experiencias me bastaba para sentirme recompensada, y de paso la ayudaba, o sea, un negocio redondo.
Pero sucede que lo que comenzó como un divertimento ha cobrado vida propia y el libro de la vida de Catalina me está haciendo reflexionar sobre mi propia vida, aclarar mis dudas, ponerme frente a mis fantasmas. Como si de un alter ego se tratase, la historia de esta señora de 82 años que se llama igual que mi abuela me recuerda mi propia historia. Salvando diferencias -que las hay y muchas- hay en sus páginas una angustia vital, una inquietud, una pasión, que nos identifican y que me llevan a pensar que nada es casualidad, que todo está conectado, y que tengo razón al darle importancia a estos pequeños detalles.
La señora Catalina se ha revelado como una hábil narradora, además de una escritora prolífica con una vida más que interesante. En ese aspecto la encomienda está cumpliendo su objetivo, sobre todo porque entre col y col ya me ha pasado dos novelas suyas que he devorado con verdadero placer. Su estilo no es el que más me gusta pues es algo barroco y por momentos cursi, pero sus vivencias son intensas y su frescura también lo es. Este descubrimiento me ha llevado a preguntarme cómo es que existen tantos escritores desconocidos. ¿Acaso cada uno de nosotros duerme con un manuscrito debajo de la almohada? De lo que no me cabe duda es de que cualquier hijo de vecino, si quisiera, podría contar su vida, y en cada vida podríamos encontrar algo interesante.
Le pediré a Catalina que me deje publicar algo suyo en el blog. Hay pasajes de gran belleza.

lunes, 9 de noviembre de 2009

De escritores desconocidos. Un pequeño homenaje I

Hace dos semanas murió Fito, mi vecino escritor. Su muerte me hizo reflexionar, por injusta. La muerte siempre es injusta pero en el caso suyo lo fue mucho más. Su historia es un cuento sin moraleja, una broma de mal gusto, pobre Fito. No fui a su entierro, pues la nuestra había sido una amistad de pocas horas, no obstante si me preguntan, contesto que lo consideraba un amigo, me dijo tanto con su mirada en las últimas ocasiones en que nos cruzamos... Pero voy a empezar por el principio pues sino no lo van a entender.
Fito -hasta hoy no conozco sus apellidos-, era un señor con aire distinguido que rondaba la cincuentena cuando sufrió un accidente cerebrovascular. Bebía mucho, según tengo entendido. Yo lo conocí poco antes del accidente en la fiesta de cumpleaños de mi vecina y amiga Inma, en la playa de Illetas. Por entonces yo le había pasado unos poemas a mi amiga y ella, al parecer, se los había dado a leer, así que en un momento de la noche surgió el tema y me dio su opinión sobre mi obra, que le había parecido inmadura -algo en lo que yo estuve de acuerdo cien por ciento, por algo a aquellos versos los había titulado "Poemas adolescentes"-. Recuerdo que me dijo: "huye de la rima, no busques la rima", y tuve que explicarle que a mí la rima me buscaba a mí, que sin quererlo, y gracias a mi oído, las cosas me salían con un ritmo interior, cuando no directamente con rima, lo cual me causaba no pocos dolores de cabeza, pero que en el futuro trataría de evitar este tic.
El fin de semana siguiente, si mal no recuerdo, ya a Fito le había dado el Ictus. Lo recuerdo tan claramente porque me impactó pensar que justo unas horas atrás yo había estado charlando con él, y me había enterado de que vivíamos en edificios cercanos, a menos de 30 metros el uno del otro. Pasó como un mes durante el que estuvo ingresado -el suyo fue un ictus bastante severo- y un buen día me lo encontré sentado en un murito tomando el sol a las puertas de su edificio. Reconozco que me dio pena verlo así, desvalido, después de haberlo conocido en plena forma apenas un mes atrás. Lo peor no era su andar rengueante, que ya era penoso, pues para andar veinte metros bien podía tardarse 10 minutos auxiliándose con un bastón. Lo peor era la incapacidad casi absoluta que tenía para comunicarse. Triste, muy triste me quedé cuando lo ví angustiado al no poder hablarme más que con la mirada, que de súbito -noté- se le había tornado más expresiva. Entonces me pareció tan cercano... mucho más que la vez anterior.
Pero cuando verdaderamente el corazón se me encogió fue al notar que no podía organizar en palabras sus pensamientos: su mente se había vuelto caótica y por alguna extraña razón era incapaz de deletrear una palabra, mucho menos de escribirla. Al parecer sabía lo que quería expresar, pero no cómo hacerlo.
Y lo que ese día quería transmitirme era su alegría porque le iban a publicar un libro, "La madriguera del arlequín" iba a llamarse y era una novela. Tuve que deducirlo después de que me extendiera una crítica que le habían hecho, y que aún conservo. Más que crítica ahora que la he releído me doy cuenta de que se trata del comentario de un lector de editorial, un comentario bastante favorable, dicho sea de paso. Y lo felicité, y nos reímos los dos de lo difícil que estaba resultando la comunicación, para quitarle hierro al asunto, pero yo me fui a casa demolida. No poder hablar ni escribir me pareció el castigo más grande que un ser humano pueda recibir, mucho más si se trata de un escritor.
Pasaron un par de años y continué viéndolo, ya en el barrio, ya en el café "Tú y yo" que queda cerca de casa, del cual era un habitual. Siempre que nos encontrábamos yo notaba como se le iluminaba la mirada: éramos cómplices del delito de soñar. En todo el bar no había otra persona que supiera que él era escritor, un gran escritor, autor de una novela que un crítico catalogó como "una novela que no esconde las vísceras ni ahorra desencantos, impotencias y críticas... una novela a contracorriente".
En nuestros posteriores encuentros Fito había evolucionado y aunque seguía sin poder hablar, ya podía escribir en una libretita y con mucha lentitud palabras sueltas, lo que unido a una profusa gesticulación que había desarrollado, hacía perfectamente posible un diálogo con él. Una vez, en el bar, hablamos de la prensa; yo leía el Diario de Mallorca y él me lo señaló y me dijo que él también lo leía, y que prefería éste al Última Hora, que por su cara de asco noté que no le gustaba demasiado. "Tampoco a mí -le dije- es una mierda de periódico, muy sensacionalista y local", se echó a reír. Estábamos en la misma cuerda.
Otra vez le presenté a mi amigo Antonio, que aquel día estaba de resaca y por tanto tenía cara de pocos amigos. Le dije: "Antonio, este es Fito, un gran escritor y un buen amigo", mientras que a Fito le dije: "Este es Antonio, un poeta excelente al que quiero que conozcas". Lástima que Fito se tuvo que ir. Su madre, una señora octogenaria que cuidaba de él, había venido a buscarlo en su coche al bar donde continuaba poniéndose ciego de cervezas a pesar de la prohibición médica.
Mis poemas nunca superaron su censura, debía tener razón, yo misma aún no los apruebo. Recuerdo que cuando compilé el volumen al que puse por título "Oscuras conclusiones", le dejé una copia para que les echara un vistazo. Cuando me los devolvió su expresión no era del todo aprobatoria, y con la mano hizo un gesto como de decir "más o menos". Me señaló una estrofa que no le había gustado y entendí que la había encontrado muy obvia, le faltaba poesía a mi poesía, eso lo sabía yo, por eso no me disgusté con su crítica, al contrario, aprecié su sinceridad pues bien hubiera podido mentirme para endulzarme el oído. Aunque en el fondo la poesía sea una cuestión de gusto, y el suyo al parecer distaba del mío, lo cierto es que no se podía ignorar la historia de la literatura como yo lo estaba haciendo. Había que leer a los mejores, leer poesía. Claro que todo esto no me lo dijo sino que yo lo rumiaba desde hacía tiempo, y al notar su expresión grave me vino de repente a la mente.
Pobre Fito, solitario y apartado del mundo, y sin poderse comunicar. Sin embargo en los últimos tiempos estaba logrando pequeños progresos, andaba más rápidamente, escribía palabras sueltas con pésima caligrafía, pero su mejoría era tan lenta que cuando supe la noticia de su muerte en el fondo me alegré por él. Nadie merecía vivir así. Me dio mucha tristeza pues sabía que ya no iba a ver más a ese amigo que se alegraba tanto de verme y con el que podía compartir instantes de comunicación inteligente más allá de las palabras. Ahora me pregunto por qué no lo visité, por qué me paralizó la lástima y el miedo a ver de cerca su sufrimiento, quizás hubiera podido ser su amanuense, pero yo estaba metida en mi propia historia, demasiado ocupada con mis asuntos existenciales como para hacer ese acto de amor. Qué lástima por mí que no lo pude ayudar, a un ser tan bello, sí, porque era bello, sus ojos y su sonrisa lo delataban. La enfermedad, curiosamente, lo había llenado de humanidad y de una simpatía tremenda, aunque quizás lo estoy idealizando pues nunca llegué a saber cómo era en realidad.
Y como si de una señal se tratase, el otro día mientras organizaba mis papeles me encontré la nota titulada "Algunas impresiones sobre La madriguera del Arlequín", que no está firmada por nadie, y no he podido evitar dedicarle este pequeño homenaje. Me gustaría leer la novela, aunque creo que aún no se ha publicado, al menos en Internet no aparece nada aún. Creo que pasaré por su casa, si el miedo que le tengo a la muerte, y a encontrarme con su madre octogenaria, me lo permiten. Ya les diré qué tal.

In the mood for Wong Kar Wai








Hace poco volví a ver estas películas de una belleza exquisita. Desde entonces no puedo dejar de escuchar estas melodías. Son de lo más hermoso que he escuchado en mi vida. A quienes no hayan visto el cine de Wong Kar Wai les recomiendo que no dejen de ver estas tres (la última es un corto que forma parte de una trilogía llamada Eros), son espectaculares.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Injusticia a la vista

Hoy me enteré de que habían secuestrado y maltratado a Yoani Sánchez, y a los otros blogueros que se disponían a participar en una manifestación pacífica contra la violencia. Me da mucha rabia que sucedan estas cosas. ¿Cuándo seremos un país civilizado? Quizás nunca, qué pena. Yo ya no sé qué esperar de mi país, qué nueva y desagradable sorpresa me deparará este país agonizante, subdesarrollado y violento donde nací. Pero hoy lo siento más que nunca: Cuba ya no es el país de mi infancia. Ese otro, maravilloso quedó atrás, en mis sueños. Ahora sólo veo miseria y abandono. Qué pena me da por sus habitantes, por toda la gente buena que vive allí que no tiene la culpa de tanta sordidez. Paciencia y entre tanto a seguir desenmascarando a estos sinvergüenzas que son los verdaderos culpables de la triste realidad.

sábado, 7 de noviembre de 2009

De vuelta

Bueno amigos, ya estoy de vuelta nuevamente, esta vez me he tomado unas vacaciones largas, una pausa reflexiva y muy provechosa para mi espíritu, para reponer fuerzas, organizar mi vida, mis papeles, mis emociones... en fín, parar.
Siento mucho no estar siempre a la altura, no estar siempre disponible, aunque en el fondo no lo siento tanto porque lo contrario sería esclavitud, y yo no quiero eso, aunque lamento si en ocasiones mi modo de actuar desconcierta o desilusiona a quienes me aprecian o esperan algo de mí. A veces mi actividad ha generado unas expectativas que me han superado, y a veces, no pocas, he torcido el camino, creyéndome capaz de hacer cualquier cosa sin que eso me afectase en mi esencia. ¡Qué equivocada estaba! Cuando cambias tanto de sombrero se te olvida cómo es tu cabeza, y se te olvida la belleza de tu cuello al descubierto, bañado por el sol, expuesto al sereno y a la lluvia. Quiero decir que a uno se le olvida la belleza de lo simple, enredado en sutilezas mundanas, en ese juego de apariencias en el que caemos inevitablemente al vivir en sociedad. Por eso es necesario parar, el tiempo que sea necesario, para mirarse en el espejo y reconciliarse con uno mismo, con los ojos de uno, la sonrisa de uno, el recuerdo de cuando uno era niño, lo que queríamos ser, lo que hemos sido y lo que no hemos sido, lo que podemos aprovechar de todo eso y lo que es necesario tirar, aunque nos duela, pues hay logros que no son tales, o que no son nuestros y a los que es necesario dejar de lado pues llevan en sí la semilla de la discordia y el desamor.
El amor ¡qué concepto subversivo para estos tiempos de odio y egoísmo! Todo el mundo sabe cómo incordiar al prójimo, cómo sacar partido de una situación para ascender, como disimular, pero sabemos tan poco del amor, que es una pena. Sobre todo esto he podido reflexionar en mi pausa, también sobre el motivo de mis ansias de querer abarcarlo todo en esta vida, y aunque ciertamente no haya encontrado todas las respuestas, este silencio me ha traído una paz de espíritu que intuyo es el inicio de una nueva etapa mucho más sosegada, mucho más decisiva para mi camino, una etapa en la que espero den sus frutos muchas de esas semillas que he ido sembrando a lo largo de mi disparatada búsqueda. Y espero compartirlo con ustedes, quienes están ahí por casualidad o por algún motivo que desconozco, por suerte para mí.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Debate sobre Internet en Cuba

¡Genial! Me parece maravilloso que haya este debate en la Cuba de hoy y que la intrépida Yoani se haya logrado colar para decir estas verdades. Cada vez admiro más a estos luchadores que se mojan de verdad para decir las cosas que todos quieren escuchar y nadie se atreve a decir.