lunes, 15 de noviembre de 2010

Doble o nada

Como cuesta el poema cuando me lo propongo
como engaña la vida con sus cebos
qué lejos queda siempre el infinito
como cansa el amor, cuando es eterno.

Pero la muerte cierta nos libera
lo mismo que una puerta que se abre
y la angustia termina con la cita.

Las dudas del amante
se vuelven bofetadas de amargura
y soñar cuesta caro
-calculo mientras juego
mis últimos ahorros-
"doble o nada": la apuesta
porque la libertad no tiene precio.