jueves, 28 de junio de 2007

Hermanos del alma

Hoy he quedado traspuesta con el recital de poesía que ha hecho Antonio Orihuela, poeta andaluz que vino a leer a El Último Jueves, invitado por Antonio Rigo.
Qué gozada de poeta, de poesía, de momento, de vida (según parece), qué maravilla, me he quedado con ganas de más, de traérmelo a mi casa para que me lea un poco cada noche antes de dormir. Así es como -a mi entender- debería ser la poesía, sincera, directa, quemante, no esos rompecabezas que a veces nos quieren vender como poemas unos señores estirados y muy cultos, pero con poca esencia.
De qué valen los libros si no pueden hacer mejores a quienes los leen, de qué vale la cultura si no nos libera de la vanidad, de los prejuicios. No valen de nada, más bien resulta un desperdicio: tantos libros en manos equivocadas, tanto lujo (porque la cultura es un lujo que muchos no pueden permitirse) para nada.
Pero luego viene este desconocido y te convence de que existe esa chispa que andabas buscando, ese ideal que creías perdido, y tú te sientes optimista, renovado, eufórico porque por fin ¡por fin! has hallado algo verdadero.
Y sin que hayas intercambiado una palabra con él, ya lo sientes hermano del alma.

domingo, 24 de junio de 2007

Contenta y relajada

Hola amigos,
pues así me siento hoy, contenta y relajada. He tenido un fin de semana maravilloso, he disfrutado con amigos de verdad, de los que están ahí y uno puede relajarse junto a ellos porque se siente querido y protegido, y qué importante es, pienso, sentirse parte de algo, al final todos deseamos sentirnos dentro del mundo, por mucho que sepamos que hay algo de gregario en este gesto, ¿qué más da?
Ahora me viene a la mente un fragmento de Rayuela donde Horacio, ese tipo maravilloso y loco que de todo hacía filosofía, comenta acerca del gregarismo. Y dice una frase que me encanta: "es preferible una módica indecencia a una decencia gregaria". Y bien, comparto bastante eso de no estar rodeado de gente por el temor a quedarse a solas con uno mismo. Más bien pienso que pobre del que no sepa estar a solas consigo mismo, del que tema mirarse en el espejo, tener el valor exacto de sus defectos, y aquí parafraseo al autor de un libro que leí por curiosidad pues se llama Ibis, igual que yo (aunque a mi madre le gustaba más con v que con b y se tomó una licencia). Es un libro de Vargas Vila, un escritor creo que colombiano, un poco cursi él, que decía algo así como: "tener el valor de tus virtudes es un negocio. Tener el valor de tus defectos, es el valor". El libro está lleno de frases lapidarias como ésta, lo que le da un aire de manual de instrucciones.
No quiero ser pedante y citar constantemente libros, pues además no soy de las que se ha leído todo lo que debería, pero volviendo al tema de la compañía, los grupos, la socialización. Yo he tenido a lo largo de mi vida opiniones diversas acerca de los grupos. Al principio no sabía vivir sin mi correspondiente pandilla, era algo tan natural que ni me lo cuestionaba. Luego comencé a creerme diferente y a sentirme fuera de grupo en cualquier ambiente, no sé por qué, pero pasé por una etapa de rebeldía tonta, sin darme cuenta de que incluso esa rebeldía, con todo lo que conllevaba, era maniquea. Pero maniquea y todo, me llevó a actuar como una espía, a ser una paria dentro de mi tribu. Era como si lo mirase todo desde el público, sin intervenir en la representación, supongo que se estaba formando mi personalidad de escritora. El caso es que los grupos y yo no ligábamos, o mejor dicho, que ligábamos tanto que era sospechoso. En mi versatilidad era capaz de compartir tertulia por igual con científicos, rockeros, estudiantes de derecho, médicos, cubanos del bajo mundo (no era mi especialidad, lo reconozco, pero qué divertidos e instructivos pueden llegar a ser), aburridos y sobrios literatos, de esos que se ponen a buscar la pelusa de la recontrapelusa, y también esos mismos literatos ya borrachos, muchísimo más divertidos, ricachones de lo más cool, pobres de solemnidad, solidarios militantes, diseñadores... Yo podía con todos, me los aguantaba a todos, muchas veces con sincero interés, pero sin llegar a sentirme como ellos, siempre salvando las distancias, en una actitud de sospechosa frialdad. No lograba integrarme en ningún grupo, no era de fiar, yo misma no hubiera confiado en mí misma entonces, que no hace tanto. Era como una extraterrestre caracterizada de diferentes trajes con la misión de espiar submundos del género humano. Pero luego me cansé.
Me cansé de ser tan abierta que por poco se me caen los sesos, de ser tan diplomática, de no dar afecto verdadero, de no echar raíces. Me cansé de comprender, de ser una curita, un bálsamo, una especie de psicóloga sin consulta ni honorarios, de ser buena lo mismo para un roto que para un descosido, de ser tan perro verde, en definitiva. Y no es que no fuera sincera en mis afectos (sé que ahora parecerá que me desdigo) pero mis afectos eran tantos y tan diversos, que no podía dar abasto, ni aunque fuera superwoman habría podido mantener tantas amistades con tan disímiles intereses. Por eso ahora voy descartando, creo que al fín voy encontrando mi sitio, mi lugar en el mundo (me ha costado). Quizás el grupo me ha escogido a mí o yo he bajado la guardia porque me estoy poniendo vieja y me gusta sentirme arropada , o quizás he legado a la conclusión de que da igual si se trata de moteros o evangelistas pentecostales, hay de todo por todo o en todas partes cuecen habas (tanto hablar pa llegar a la brillante conclusión, qué desperdicio de palabras).
El caso es que ahora me siento feliz con mi grupo de amigos, con los que estuve este fin de semana, aunque no son, ni mucho menos, todos mis amigos verdaderos, tengo más, tengo muchos, de hecho, de mi periplo por diversos submundos me ha quedado un ramillete de amigos de todas clases, en eso sí soy rica, y como dice el refrán que el que tiene un amigo tiene un central, yo puedo considerarme millonaria. Lástima que mi persona sea limitada y no pueda corresponderles con la misma intensidad, dios sabe que lo he intentado.
Ellos, mis amigos, no son perfectos ni mucho menos, son más bien pobres, pero ricos de espíritu, no son muy guapos, pero tampoco son feos, son simples, ese es el secreto, son buena gente, ese es el segundo secreto. Me aceptan como soy, ése es el tercero.
Molt bona nit a tothom.

miércoles, 20 de junio de 2007

Medio bruja

Debo ser medio bruja o bruja entera.
Hoy por dos veces he nombrado a gente que luego me ha llamado por teléfono. Esas cosas pasan, lo sé, pero dos veces el mismo día es como mucho, ¿no?
Este tipo de cosas lo deja a uno sorprendido. Quizás sea verdad que existe algo, quizás sea pura lógica, ideas que vienen formándose, coincidencia de pensamientos, telepatía...
Eso en mi Cuba se llama ser "mediounidad", pero yo no creo en esas cosas, más bien me inclino a pensar que hay sensibilidades, relojes que ponemos sin saberlo y que un día, el día señalado, se activan para recordarnos que es el momento de pensar en tal o mas cual cosa o persona.
Lo que sí creo es que nuestro cerebro no está bien investigado, deberían prestarle más atención los científicos.
Por cierto, que ahora que me acuerdo, yo iba para científica, pero me quedé en semilla. Cuando ví que inventar la vacuna contra el cáncer no iba a ser tan fácil y que antes tenía que lavar muchas pipetas y dejar pasar los días tras los vidrios de un laboratorio en el que nadie sabía hablar de otra cosa que no fuera adn y otras malas palabras que encima no rimaban bien desistí. Saqué la cuenta de lo poco que iba a poder ir al cine, leer libros y pasear y me rajé. Bueno, para ser sincera la causa principal fue que no me gustaba tanto, o que las otras cosas que iba a perderme me llamaban más la atención.
Tengo sueño, ya ni sé lo que escribo.

lunes, 18 de junio de 2007

Estoy pedestre

Llevo unos días sin despegar los pies del suelo a mi pesar, numerosas obligaciones y compromisos se han confabulado para evitarlo. ¿Por qué tenemos siempre un aguafiestas que nos hace bajarnos de la nube?
Tengo miedo de no poder volver a volar como lo hacía antes. Es como la fábula de la manzana, una vez que la pruebas pierdes la inocencia y con ello todo el halo que te protegía de la vulgaridad del mundo.
Con frecuencia me olvido de mis metas, distracciones de todo tipo vienen hacia mí y me entretienen, y yo me voy tras ellas alegremente, olvidándome de mí misma y de lo más auténtico que brota de mi interior, y es el principio del fín. La mala memoria es como un jabón que te hace resbalar y caer. La mala memoria y la falta de confianza en uno mismo son las peores enemigas. Hay otros, pero nunca tan jodidos.
Al menos esta nota me hace recordar que un día tuve unos planes. Será preciso retomarlos por mi bien.

jueves, 14 de junio de 2007

Me voy a los madriles

¡Yujuuuuuu, qué rico, salgo de la isla por unos días! Y es que esta isla a veces puede ser muy agobiante. Tanto dar vueltas y vueltas por los mismos lugares cansa.
Bien es cierto que es maravillosa, y con una calidad de vida bastante alta, pero todo tiene un límite.
A veces los que no han estado en Cuba no pueden comprender que los habaneros digamos que estamos acostumbrados a una gran ciudad. Y es que La Habana es una gran ciudad, con muchos municipios, allí puedes pasar años sin visitar un barrio, o toda una vida sin conocer algún rincón, y eso te hace diferente, más abierto quizás. Aquí en esta isla le entra a uno una paranoia... te parece que todo dios te conoce, eso puede llegar a ser contraproducente, sobre todo en materia laboral. Sabes que si quedas mal en un trabajo, puedes tener problemas en otro, porque aquí lo más gracioso es que entre mallorquines todos se conocen, es un poco de locos.
No sé a mis conocidos, pero a mí me ha sucedido el saludar a alguien y percibir que esa persona me conoce, sabe quién soy, dónde vivo, con quién, y no es muy agradable la sensación, aunque, por otra parte, ahorra las presentaciones.
Total, que me he ido por las ramas, ¡que me voy unos días! A un bodorrio de esos de copete, vamos a ver qué tal. Me reencontraré con amigos de Cuba, me la pasaré bomba, como dicen por aquí.
Hasta la vuelta, pues, un saludo y buen fin de semana tengan todos,

Ivis.

miércoles, 13 de junio de 2007

La vida es bella

No cabe duda, la vida es bella. No sólo es bella sino bellísima. Hoy es un día bonito, tengo tantas cosas que celebrar... Hay tanta gente buena en este mundo y yo tengo la suerte de conocer a unos cuantos, soy feliz, hasta donde se puede ser feliz cuando estás fuera de tu tierra, pero aún así disfruto cada día intensamente, soy una privilegiada, en resumen.
Espero que quienes lean esto no se sientan mal si no son igual de felices, sino que se contagien y reflexionen acerca de sus prioridades en este mundo, no vinimos a sufrir, eso es un cuento.

Dicho por la sabiduría popular: "hoy es el último día del resto de mi vida, por favor, no me lo amargues".
Dicho por Chaplin, en ese bonito poema, un poco gastado por el uso: "una sonrisa cuesta poco y produce mucho".
Dicho por Celia Cruz: "No hay que llorar que la vida es un carnaval".

En fín, que sean felices, coño, ¿queda claro?

Besos,

Yo.

domingo, 10 de junio de 2007

Un día de domingo

Así se llama una canción brasilera que me gusta mucho, y yo al parecer estoy hoy experimentando todos los síntomas de tristeza dominical.
Pero no pasa nada, me digo a mí misma para darme ánimos, mañana será lunes y estarás perfecta e ilusionada con la vida que te aguarda, suponiendo que así sea.
Cuántas cosas están atascando mi felicidad... mejor dicho, ¿cuántas cosas están atascando mi felicidad? No lo sé, es una cuestión subjetiva que, en todo caso, no conviene exponer aquí, porque de hacerlo habría que remontarse a la historia de Cuba, y no me apetece sacar aquí viejos rencores.
Más bien voy serenándome a medida que escribo, otra vez utilizo la escritura como terapia, lo siento, pero es el mejor arma que conozco. La otra es dormir, pero eso ya lo he hecho.
¿Por qué me encuentro triste? Una vez escribí un poema que comenzaba así:

Agonizo por las noches
agonizo
de insomnio
de café
y de recuerdos.

Sufro el dolor ajeno
me duelen los porrazos
que no tocan mi piel.

¿Por qué me siento triste?
¿Acaso por aquellos
que nunca ven la luz?
¿Por todas esas vidas
que pasan por el mundo sin saberlo?
Sin que el mundo se entere
que ha servido de abrigo
a seres que respiran
y sufren y vomitan
fornican y se ríen, cantan, juegan?

No era un buen poema, pues como de costumbre me fui "por los cerros de Úbeda", pero esa idea inicial creo que estaba bien, pues es cierto que yo sufro el dolor ajeno, y a veces me siento triste pensando en la tristeza de los otros. No es que quiera venderme aquí como la más solidaria, que no lo soy ni mucho menos, pero eso sí, predisposición para la tristeza tengo para comer y para llevar, será algo hormonal. ¿Que hay que ponerse triste? Búsquenme a mí, la tristeza siempre me encuentra cuando llama a mi puerta. ¿Qué hay que llorar? Pues ahí que vamos. Somos inseparables, mi tristeza y yo.
Pero bueno, ya sé que esto no es importante, así que cambiemos de tema.
Un tema como, por ejemplo, el apego de la gente a sus rutinas y el miedo que tenemos a perder el control sobre las cosas. La gente, empezando por mí, por eso mismo, como me afecta, quiero hablar de ello.
Dicen los budistas que el apego es una de las causas del sufrimiento, yo estoy de acuerdo, aunque discrepo de ellos en eso de no sentir apego por las cosas, puesto que no me parece natural. Los seres humanos somos como otros animales, en el fondo. Marcamos el terreno, vamos delimitando nuestro espacio y con ello dejando constancia de nuestro poder. Es un comportamiento natural, como lo es, para mí, el comer carne, puesto que estamos hechos para ello, otra cosa es que voluntariamente nos obliguemos a no sentir celos, a no tener demasiado amor por las cosas materiales, a no comer tanta carne, porque todo eso nos hace daño. Pero no hay que olvidar que la bestia está ahí, acechando.
Por eso sonrío y miro hacia otro lado cuando noto en alguno de mis congéneres una debilidad de este tipo, y es que en el fondo todos necesitamos sentirnos seguros, tener la ilusión de la seguridad.
Sin embargo yo cada vez lo tengo más difícil para entusiasmarme hasta el punto de creer ciegamente en algo, ninguna ideología me inspira suficiente confianza como para descansar sobre ella. Ninguna tierra me parece ya mi tierra. Soy una paria, ni mi casa, ni mi cama, ni el planeta me parecen seguros ni, por supuesto, de más está decirlo, míos.
Qué malo es esto que dentro del catálogo de las ilusiones representa la ilusión de ser una conciencia despierta, algo que quizás no sea más que un delirio, pero que quita el sueño como una enfermedad real.
Tristeza retrospectiva, futurista, comprensiva de todas las tristezas de mi alrededor, de aquellas con las que me identifico, soy un limpiapeceras de tristezas, un agujero negro que atrae toda la tristeza de este mundo.

Creo que este domingo me ha sentado mal.

Pensándolo bien, ya que soy así de sensible, voy a tratar de captar las alegrías, como si cambiase de canal, a lo mejor soy tan feliz que paso a llamarme "doble felicidad", como un restaurante chino que hay o había aquí en Palma.
Por supuesto, desvarío ¿esperaban otra cosa?

jueves, 7 de junio de 2007

Les dejo con unas fotos de Cuba











Este enero estuve en Cuba. He aquí algunas fotos que sacamos.

Qué agobio

Queridos amigos:
En estos días ando un poco agobiada, entre que el ordenador no me funciona y lo he tenido que llevar a arreglar, que ando haciendo un curso de publicidad, que tengo que examinarme del carné de conducir este miércoles (sí, el de Cuba no me vale aquí) en fín que les ruego me disculpen si mis comunicaciones son breves y escasas.
Les prometo volver en cuanto tenga más tiempo con más fuerza, quizás más temprano que tarde, si me da la locura una de estas madrugadas.
Besotes,
Yo.

lunes, 4 de junio de 2007

Estuvimos en el museo de San Carlos


Sí, estuvimos este sábado, éramos pocos pero con mucho interés. He aquí la foto que nos hicimos junto a la silla de Maceo. Por cierto el señor que nos atendió, Antoni Llull, es un magnífico guía y un apasionado de la historia que atesora este museo. Gracias a él por su amabilidad. Creo que la visita vale la pena, el edificio es precioso, también es digna de admirar la excelente colección de armas que recientemente donara un militar apellidado Llorente, una maravilla. Les dejo con otra foto.

viernes, 1 de junio de 2007

Gente linda I


Aquí os dejo con algunos amigos, gente linda que vale la pena.
No se pongan celosos los que no aparezcan, pronto subiré más fotos.
Foto1: Con amigos en el lírico. Jose Joaquín, Antonio Saura y Marcela, preparando el encuentro con los escritores cubanos.
Foto2: Preparando el concierto "Canciones de otro mundo, poemas de este mar" en casa de Mauricio, con Toni Rigo y Aldo.
Foto3: Con Luisa en el Varadero.
Foto4: Cumpleaños de Margaret en casa, con Inma, Lorenzo, Jorge y su madre, Rufi y Margaret.
Foto5: Gabi, mi ex compañera de trabajo, en el restaurante de su marido, Pepe Pintos, excelente cocinero.
Foto6: Con María, Toni y Ramiro, tumbados en el sofá de mi casa como cerditos después de comer una suculenta comida cubana.
Foto7: Pilar y Angelines, en casa.
Foto8: Inma y Víctor, preciosos.
Foto9: Mi padre, mejor dicho, mi hermano mayor.




Persiguiendo falsos héroes

Nos pasamos la vida persiguiendo falsos héroes que encumbramos sin saber por qué razón. Seguimos la rima a otros que tomaron la iniciativa de señalar a este o aquel como modelo de algo que a lo mejor ni habíamos pensado, pero que, dado el caso, nos viene bien para tapar nuestro vacío interior, para disimular nuestras inseguridades, y sobre todo para no tener que pensar por nuestra propia cabeza.
Tomamos el modelo y, si podemos, lo compramos, solucionando de esta sencilla manera el problema que nos preocupaba. Y siempre hay un modelo para cada cosa, ante cada situación, es más fácil comprar el modelo que fabricarlo, o que serlo.
Porque si nos decidimos a ser auténticos, a pensar por nuestra propia cabeza, pasa lo paradójico, que se convierte uno en modelo de otros, y todo vuelve a comenzar.