domingo, 31 de enero de 2010

No tengo tiempo para amargarme

Este viaje que acabó formalmente hace unos días pero que aún continúa en mi cabeza me ha dejado un sabor dulce en la boca y un secreto que no voy a revelar de momento porque no encuentro palabras suficientemente hermosas como para describir esta inyección de amor y de sabiduría. Poco a poco, si el tiempo y las obligaciones me lo permiten, iré desmadejando este episodio, pero si no lo hago, no me culpen, una de las cosas que aprendí en estos tiempos es que cada cual ha de aprender por su experiencia y sacar sus propias conclusiones.
Los veo luego que no tengo tiempo que perder, voy a vivir mi vida, que este año viene lleno de sorpresas.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Al final..pasastes por mi casa?
Saludos desde Texas...

Ivis dijo...

Hola tejano!

Pasé por tu casa pero tu mamá no estaba, ví a un señor que me atendió muy bien y me dio el teléfono para que la llamara y me pusiera de acuerdo para pasar de nuevo, pero luego no pude pasar :-( Lo siento. Me hubiera gustado conocer a tu mamá. Un saludo.

Anónimo dijo...

Ivis: Es mi primera vez escribiendo en tu blog, pero, soy una lectora habitual. Me parece genial cada una de las cosas que escribes, y como cubana me siento muy identificada con todas ellas. Te felicito!!!.
No obstante, ahora que he leído tu último comentario luego de tu visita a la habana te encuentro diferente...Es como si hubieras decidido que ya no tienes nada que decir...siento en tus palabras falta de motivación??? por favor, no dejes de escribir que eres muy buena...aunque pensandolo bien.. quizás esta etapa de tu vida ha finalizado, y debes entregarte a otra cosa, pero, yo soy muy egoista y quisiera seguir deleitandome con tus comentarios. Lo dejo a tu elección...Saludos Elena

Ivis dijo...

Gracias de corazón, Elena, por tus palabras de aiento. La verdad es que el cuerpo no me pide escribir demasiado porque la realidad me demuestra a cada instante que no logro aprehender el meollo de las cuestiones con literatura, pues siempre todo pasa por la subjetividad de uno y ahí la cagamos, perdón por la vulgaridad. No obstante creo que el reto está en intentarlo, y sobre todo en ser sinceros, por eso cuando no me ha apetecido escribir o he pensado que no voy a dar la talla, me he callado, pero como dice el refrán: "la abra siempre tira al monte" y a mí me es imposible mantenerme callada del todo, al menos de momento. Gracias por tu lindo comentario, un abrazo.