Abierta y estelar como es, Ivis me ha invitado a publicar algo en su espacio. He pensado que quizás no sea buena idea, quizás no sintonice del todo bien con la diversa y plural comunidad de lectores de sus memorias pero, aunque sea por no desestimar su gentileza, aquí les va una anécdota con mensaje de otra cubanita, un poco más temba, que también emigró en el XXI…
Es el cuento de una conversación de no más de 10 minutos que tuve en la Habana, hará seis o siete años, a juzgar por la edad de mi hija. No tiene nada de especial, pero me puso a reflexionar entonces sobre eso que llaman “deterioro de los valores” en la Cuba actual. La escena de tal conversación: el lobby de entrada de una de las sociedades culturales españolas de la Habana. Un grupo de madres esperábamos a las niñas, como siempre, a la salida de las clases de baile español.
Esa espera reunía a madres y abuelas de diferentes edades, ocupaciones e intereses. Era una mezcla obligada en los bancos de una entrada pequeña, que duraba alrededor de una hora, las mismas tres veces cada semana, en la que los temas eran tan variados como las interlocutoras centro habaneras: las mamis “barrioteras” que salían a fumar y a hablar con los de la esquina, las amigas de la “profe” que siempre tenían “la última”, las abuelitas tradicionales, socias fundadoras de allí, las mamis “faranduleras” que ya habían dado clases de eso mismo y confiaban en que la niña saliera por fin bailarina… en fin, de todo como en botica, además de las mamis “sin-tiempo” como yo que llegaban corriendo, tarde casi siempre con la chiquilla a rastras, con algo para leer y locas por llegar a la casa soltar la cartera después del largo día de trabajo.
Temas de conversación había recurrentes, el último andancio, si el arroz del mes salió más o menos partido que el anterior, las plazas para preescolar en las escuelas cercanas para el curso próximo, donde conseguir la saya del uniforme (por Obispo), la viejita que hacía los trajes de baile baratos y el señor de los zapatos por Águila.
Sin embargo, una de esas tardes me comentaba una de las mamás, operaria de la línea de fabricación de una fábrica de sandalias al Este de la Habana “…Estoy “erizá” porque a la niña le está cayendo el catarro alérgico malo ese y la estoy “bombardeando” a ver si no le entra, porque no me puedo dar el lujo de faltar al trabajo…” Entonces, creyendo yo que tendría uno de esos “planes de estimulación” en los que te dan una jaba con artículos de aseo y algo de comida si asistes todos los días y cumples el trabajo, le pregunté “¿Y eso, es que pierdes la estimulación?....” Ilusa yo, ingenua la pregunta, aquella muchacha que apenas conocía me espetó con total naturalidad: “Que va, mi´ja!...que estimulación de qué??? Es que si no voy no “saco” el par de sandalias… y yo me llevo un par más o menos cada quince días…de eso vivo, y si no voy al trabajo no “resuelvo”…
Yo estaba un poco “movida” ante tal desparpajo y franqueza (no es que yo sea lunática por supuesto, ese es el día-a-día de mucha gente, la lucha como decimos, pero estaba hablando ella con una desconocida). Y le decía yo “Pero muchacha ¿cómo vas a hacer eso? Y si te cogen y te botan…tus jefes no se dan cuenta del “facho”?? Y ella ni corta ni perezosa me aclaraba “No,…ellos también se llevan….te botan si te llevas más de dos pares al mes” ¡! De madre, decía yo, y esta muchacha cuenta eso así, sin conocerme, como algo de lo más natural…
No he olvidado esa conversación, porque me hizo pensar esa tarde…qué país era ese. De qué manera la escasez y la decadencia material y moral llevan a la gente común a bajar por debajo de la barrera de valores que son universales. No estoy hablando de la llamada “moral revolucionaria”. Estoy diciendo que robar es un hecho punible, es un delito antiguo y presente, aquí y en la conchinchina, en todas las culturas y credos. Robar está mal, caballero! Sin embargo, una enorme masa de personas en Cuba asume ese acto ya como una necesidad vital, como la manera de sobrevivir (de comer, literalmente). Se llama a eso “luchar” en un eufemismo a lo cubano. Pensé también que quizás, aunque no tuviera nada que llevarme de la oficina, ni disposición para hacerlo, un día podrían faltar los envíos de ayuda de mi cuñada de Miami, o el apoyo eventual de los tíos españoles, o podría no hacer algún que otro viaje salvador por el trabajo, y entonces estaría en una situación similar, de carencia y desesperación, siempre al borde de algo irregular, cuando las fronteras de lo legal son tan sumamente estrechas y restrictivas…Y pensé en los “y si….”
¿Sabrá ella – la mamá de la fábrica de sandalias – encontrar la diferencia cuando tenga algún día un salario decente que le permita alimentar y criar a su hija? No lo sé. Tengo mis dudas. ¿Resistirá la tentación de seguirse llevando algún que otro par de sandalias cuando pueda? ¿Cuánta gente hay como ella, como sus jefes, artistas seguramente de la simulación y de lo “políticamente” correcto? Es sólo una puntica circunstancial del iceberg de corrupción y de doble moral, que carcome la idea de ética y justicia social que se supone fundamentan el sistema cubano.
¿Harán algo mejor con sus vidas las “niñas” que hacen la 5ta. Avenida o la Marina, cuando puedan ganar dinero haciendo otra cosa? Tampoco lo sé. Hay barreras de pudor que son difíciles de atravesar pero tienen también un difícil retroceso…
Eso me preocupa de la Cuba de ahora, donde está una parte de mi familia y amigos entrañables, donde está mi arraigo…Me preocupa una enorme masa de gente sin escrúpulos, pobres igual que muchos de nuestros abuelos, pero sin sus valores de decencia y respeto. Me preocupa que un niño de ocho años no pueda beber leche sin que sea robada de otro sitio o comprada con dinero que llega de más allá del mar…o del business de sus allegados. Me preocupan los viejitos que venden sobres de café de la bodega, cucuruchos de maní y cigarros sueltos en los portales de la calle Reina para vivir, habladores, laboriosos y con larga vida de trabajo detrás como muchos viejitos cubanos. Eso me preocupa…más que los llevados y traídos derechos humanos. Cualquier solución alternativa lo será de verdad si tiene en cuenta a esa gente, si logra que la mayoría viva mejor y que sea una sociedad más transparente: que lo malo sea malo y lo bueno no sea ilegal.
Esta es mi historia para Ivis y su animada tertulia, recordada aún con nitidez, siete años después, y escrita ya desde el otro lado del Atlántico.
Betty, domingo 3 de febrero de 2008
17 comentarios:
Betty, qué historia tan bien narrada!! Yo también tengo taaantas preguntas y dudas!!
Soy un poco pesimista, no sé, me parece que va a ser muy difícil superar esa barrera de valores universales de que hablas... cada vez más y más... :( y triste que cada día vaya más en picada y sea cada día menos excluyente...
Betty, muy buen artículo. Tu preocupación no es aislada, a muchos nos preocupa la pérdida de valores morales en Cuba, flagrante y descarnada. Una triste ironía: el tiro salió por la culata.
Me hiciste recordar un chiste, algo que sucedió en la vida real pero ya sabes que la realidad muchas veces supera a la ficción, es una historia que ocurrió en una casa cubana cuando fueron visitados por unos italianos. Los cubanos preguntaron al italiano, -¿y usted en qué trabaja? Y el italiano contestó (en italiano) "Io faccio un lavoro..." - y al darse cuenta de que quizás no lo entendían dijo: ¿capite? y la señora de la casa se apuró a contestarle, ¡Claro mijo, si aquí es igual, mi hijo también "facha" en el trabajo, aquí todo el mundo "facha"!
Esto sucedió de verdad, en el año 95. Ya estaba podrida la cosa.
;-D, está bueno, pero eso es lo triste, tutti...Gracias Aguaya, al menos reconocerlo nos pone en el camino... Y a ti Ivis, por darme un pedacito de tu pantalla azul esta vez.
Lo malo de este deterioro es que no se resuelve con refinanciamientos...la Habana despintada se pinta y se repara, los pueblos se renuevan, los super se llenan de estanterías, pero como "arreglar" la mente de la gente, la falta de escrúpulos y la desidia...eso lleva bastante más energía, tiempo y otros medios...constructivos.
Tienes razón, Betty. Esperemos que ocurra un milagro, mira Japón y China como han mejorado en unos años.
Eso es consecuencia directa de la "doble moral" con que los que vivimos en Cuba tuvimos que cargar para poder sobrevivir la dictadura castrista.
El reto sera cuando llegue el cambio de sistema, y donde las personas se enteren que robar es un delito grave, y que para obtener las cosas hay que trabajar honradamente, asi como pagar taxes, el seguro medico, y todo lo que implica vivir en libertad y democracia.
Pienso que ni cien anos seran suficientes para cambiar ese estilo de vida, el que aun en Miami se le conoce como: "Trabajar por la izquierda". Es decir hacer las cosas fuera de la ley, como un delincuente.
Muy bueno Betty, gracias por compartir tu historia, da mucho que pensar... pobreza, necesidad, miseria... la desesperación parece poder justificarlo todo, pero estoy de acuerdo contigo en que robar es robar... pero si no tienes otra alternativa para vivir?
No es fácil opinar sobre esto, verdad?
Un saludo desde Galicia
Me parece que Betty entró en un tema muy polémico, por las muchísimas aristas desde las cuales se puede mirar... No voy a polemizar sino, muy al contrario, voy a apoyar el ejemplo inicial de Betty con otras situaciones que percibo día a día y me preocupan cada día más.
Está claro lo que decía Ivis que la ironía es que justo en Cuba es donde se quiso formar el "hombre nuevo" (idea que aún no se ha abandonado: nuestros hijos siguen coreando en sus matutinos "Seremos como el Ché!") y es donde ahora una parte importante de la juventud entiende que tener un "futuro asegurado" es conseguir ser barman, o maletero, o taxista, o artista... y no se les puede criticar en lo personal pues es lo que la vida les ha mostrado: el vecino con el que creció y estudió toda su infancia y adolescencia matriculó en una escuela de gastronomía y gracias a una plaza comprada hoy gana una pila de CUC en la piscina del Cohiba, sin mayor responsabilidad que saber hacer un mojito o un cubalibre o sacar una cerveza del frío. El, sin embargo, decidió seguir su vocación y hacerse ingeniero civil y hasta se graduó (pasando tremendo trabajo porque podría vivir en Alamar y tuvo que ir hasta la CUJAE todos los días en la peor época del transporte público en La Habana) y ni puede soñar en alcanzar el nivel de vida y de gastos que tiene el socio cantinero... si permanece en Cuba, trabajando en lo que se formó.
Esa es otra arista del mismo probema: no solo es que los valores se han deteriorado, es que cambiaron completamente "los valores" y "los patrones",pues para ser una persona de éxito no hay que quemarse las pestañas para llegar a ser doctor, científico o un ingeniero sino hay que ser trabajador de turismo (realmente, lo que todos quisieran es trabajar en una "firma" extranjera y cobrar gratificaciones en CUC, pero esas son plazas MUY limitadas y super codiciadas y la gente es realista) por dos razones esenciales: 1) tener acceso a las propinas y 2)para tener relaciones constantes con extranjeros que, bien cultivadas, puedan ser la "tabla de salvación" y sacarlos de la isla en un futuro. Resultado: cada vez hay menos jóvenes dispuestos a estudiar y hacerse universitarios (justo en un país que te facilita muchísimo los estudios universitarios) y, para acabar de desestimular a los que querían seguir estudiando pese a las dificultades, cada vez es más amplia la lista de profesiones que tienen limitaciones para poder salir al exterior una vez graduados (lo entiendo, si el Estado Cubano se gastó X monto en formarlos, lo menos que pueden hacer es "crear" valor material o social a cambio por algún tiempo después de graduados)... De los hijos de amigos o vecinos que están estudiando, por ejemplo, medicina o informática, la mayoría está decidida a dejar o cambiarse de la carrera antes de graduarse porque le tienen miedo a que luego se les obstaculicen una posible salida al extranjero (que nadie sabe si tendrá esa posibilidad o no, pero que casi todos la "lucharán", para utilizar la misma palabra que Betty resaltó en su nota).
Y, después de esta "muela" sombría, voy a concluir con un ejemplo que en mi humilde criterio es una perfecta muestra de cuánto variaron los valores de nuestra sociedad: la forma en que hasta el año '93 o '94 eran rechazadas y estigmatizadas socialmente las jineteras (os) y cómo gradualmente y en la medida en que ese fenómeno fue asumiéndose en la sociedad (porque muchísima gente empezó a identificar personas cercanas o conocidas que estaban "jineteando") al punto que ya nadie habla despectivamente de las jineteras (os) porque es como si fueran trabajadoras del turismo y muchas han tenido éxito en casarse con un "yuma" (y con el "éxito" viene aparejado el "reconocimiento social", pues cuando vienen pueden alquilar un TUR, contratarle un celular a su pariente en Cuba o costear una fiesta bien "expresiva" y "especuladora"), igual que el famoso barman, o el carpetero o el taxista, o el músico.
Como ya todos los que me antecedieron señalaron, empezando por Betty, más allá de los ejemplos, el problema está en que "nuestros" valores como sociedad han cambiado abruptamente porque las condiciones objetivas cambiaron también abruptamente (el entorno condiciona al ser, definieron los clásicos del marxismo hace muchísimos años) y solo con el cambio hacia mejores condiciones económicas y culturales de la propia sociedad, volverán a estar creadas las condiciones básicas para que la sociedad cubana gradualmente comience a expulsar _apoyada por las regulaciones administrativas y legales_ las lacras y malformaciones que adoptó como suyas en tan solo 15 años. Solo tendríamos que observar la lista de los países más transparentes y menos corruptos (emitidas por varias prestigiosas organizaciones internacionales) y veríamos que marchan a la cabeza aquellos países donde existen economías maduras, estables, con sólidos códigos sociales y culturales, una democracia verdadera (no la representativa, sinó la de verdad, donde la gente sienta que puede poner y quitar a sus gobernantes) y mucha transparencia informativa.
En mi modesta opinión, esa es nuestra única posibilidad y, como observarán, ni es una meta fácil, ni se puede improvisar o imponer.
Isleño, te contesto rapidito desde mi trabajo. Me parece muy cierto todo cuanto dices, creo que estás claro y estoy muy de acuerdo con tu conclusión.
Me voy del aire, que sino me echan, jajaja.
Hola a todos, es hora de comida y quiero aprovechar para dar las gracias por estos comentarios.
A José Varela, de verdad que es un reto cambiar ese pensamiento viciado, espero que las circunstancias mismas ayuden a poner las cosas en su lugar y que la gente entienda que las reglas del juego no pueden ser estafar al dueño, al estado ni a nadie.
Amiga Atlántica, gracias por tus palabras, es el dilema de la gente ciertamente, no es fácil juzgar u opinar... como comentaba ayer con Aguaya, al menos hablar de esto llama la atención sobre el deterioro y el alcance de ese fenómeno, lamentablemente extendido en Cuba, aunque soy un poco pesimista también,lo reconozco.
Isleño, se te fue la mano en cubano;-) gracias a ti también por tan exhaustiva serie de ejemplos que apuntan en la dirección de que hay patrones y valores que están "de cabeza"...no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista dice el dicho, y ese orden de cosas tiene que cambiar por fuerza, Cuba tendrá que acercarse a esa idea de democracia y transparencia.
Dejar deteriorar un país por el capricho de mantener un único poder del mismo no lo van a perdonar tan fácil las actuales generaciones ni las que están por venir, ni 100 anos van a alcanzar, como ya dijo alguien :(
A casi 19 an~os de la caída del Muro de Berlín, Alemania sigue dividida. Muchos dicen: "la mentalidad de las personas es lo más difícil de cambiar"...
El islen~o, el libro del Yoyo ya está encargado y lo estoy esperando (como cosa buena!!). No te olvides de pasarme una dirección, teléfono o lo que sea para que te contacten unos amigos alemanes que van para allá pronto!! Un segundo libro se lo haré llegar a mi "familia" de secundaria y pre, con los cuales aun mantengo contacto.
Saludos para todos!
Ivis y demás amigos, disculpen la descarga exagerada en mi comentario de anoche pero ralmente es un tema que me preocupa mucho y ocupa hasta donde puedo, justamente por su trascendencia para nuestro futuro como nación.
Aguaya, para serte sincero, me has impresionado son esto último de que has encargado el libro del Yoyo para mandármelo... y no sé cómo agradecértelo. Muchísimas gracias... después de leerlo la familia, seguro pasará por varias manos amigas y hasta desconocidas (el amigo que se lo presta, a su vez y sin decírnoslo, a un amigo suyo). Te contacto hoy mismo por e-mail.
¿Isleño, que más se puede añadir si te lo has cogido todo, compadre? :-)
Muy bueno tu análisis y demuestra que los cubanos todavía nos preocupamos bastante por la situación en la que se encuentra nuestra isla.
Hay dos factores que quiero mencionar a propósito del comentario de betty.
Estoy leyéndome actualmente el libro 'Wild Swans' (Cisnes Salvajes) de la escritora china Jung Chang y los paralelos entre la similitud entre el país asiático en 1949 cuando Mao subió al poder y Cuba en los 70 y 80 es espeluznante. Sin embargo la diferencia, la gran diferencia es que desde el principio la Revolución China fue comunista, el partido que tomó el poder contra los Kuomintang fue comunista, sus cadetes eran comunistas y sus líderes también. Recalco esto para que no se nos olvide que, en cambio, la Revolución Cubana, para mi todavía el movimiento social más profundo de América Latina, fue progresista, pero no comunista o socialista. Nos hicimos socialistas por necesidad. Y esa necesidad trajo cambios en los sistemas político, económico y social que afectaron, o han afectado a tres generacione, la que llegó al poder en el 59, la que nació a finales de los 60, principios y mediados de los 70 y la actual. De ahí que puedo conmiserarme completamente con lo que dice Betty, porque las dos primeras generaciones tenían valores morales que existían desde antes de la revolución, pero que fueron erradicados al tratar de adaptarse a una situación en la cual no había un segundo plan. Lo que señala el isleño del profesional que ha perdido su "caché" en relación con el barman es triste y pesaroso porque todavía nos enorgullecemos de tener más graduados universitarios que ningún otro país. ¿Pero para trabajar dónde?
El segundo factor que quiero señalar es que Cuba no ha salido y no saldrá jamás (me parece a mi) de la etapa de transición del capitalismo al socialismo. De hecho ningún país socialista lo hizo nunca. Ni siquiera la otrora Unión Soviética. Los medios de producción podrán ser socialistas, pero la mentalidad sigue siendo y seguirá siendo pequeño-capitalista. Voilá porque la señora que hablaba con Betty podía ser tan franca en sus fechorías. Para ella era algo normal. Como montar un negocio aquí en Londres sin pagarle impuesto al estado.
Muy buenas todas las contribuciones de los presentes y gracias a ivis por darle el espacio a betty para que compartiera sus experiencias con nosotros.
Saludos desde Londres.
Islen~o, ya te respondí a tu email!
Oye, es que me siento bien poniendo un granito de arena... Ojalá que sí, que puedan leerlo muchos cubanos "dentro" de la Isla!!! El mío lo leeré en cuanto lo tenga en las manos!
Saluditos desde Berlín!
Creo que aun nos quedan a todos muchísimas reflexiones en el cora´zón, pero hay que dejarle espacio a Betty o a Ivis o a cualquiera de nosotros para abordarlos en un próximo post.
Gracias, "englishman", por tu reflexión y, sobre todo, Aguaya, de que se gastará de tanto leerse, eso te lo puedo garantizar!...
Con un abrazo a todos.
Cuban, interesante lo que expones sobre las generaciones... y es que en mi casa nos ensen~aron a mi hermano y a mí que robar está mal (por ejemplo). Ahora qué padre le va a decir a un hijo que está mal que se busque el dinero para comer? No le dirá abiertamente "roba!" pero no puede responder de igual forma si le preguntasen... digo yo... y pienso que sobre todo porque no solo los problemas son de abajo para arriba sino también al revés: los jefes son muchas veces los primeros que roban y consienten lo mal hecho,porque ellos también tienen que comer o no les conviene perder el cargo... El castigo o bochorno para el que roba simplemente "se fue del país" también...
Oyeeee, como hay tela por donde cortar! Betty, qué buen debate has generado a través del blog de Ivis!
Saludos para todos!
hoy escuché, en "el sitio del Arte" un programa de corte cultural en Cubavisión, una entrevista a Juan Carlos Cremata (Nada y Viva Cuba) sobre la filmación de su nueva película: "EL premio flaco" basada en la obra teatral homónima de Héctor Quintero y dijo algo parecido a esto que transcribo: "es una obra basada en una época muy dífícil para Cuba _los últimos años antes de la Revolución Cubana_, donde una familia extremadamente pobre ha encontrado un premio oculto en una pastilla de jabón. Es una historia sobre una familia muy pobre en recursos pero que no es miserable en valores".
habrá que esperar la película a ver qué consigue el director, pero al menos me recordó lo animada quie estuvo esta peña a partir del post de Betty. Enhorabuena, no somos los únicos en estar preocupados con este "fenómeno".
Gracias otra vez, chicos! A Aguaya por su actitud siempre receptiva y estimulante.
Agradecida también Cuban, tú como siempre arriba-de-la-bola;-) sí, había similitudes en esas etapas iniciales, pero el proceso en cuba tenía otro origen, como bien dices, era “democrático-popular-agrario-….” La gran paradoja es que se basaba justamente en valores cívicos, las ideas martianas, la ortodoxia de Eduardo Chibás, los valores eran un activo de esa revolución pero hemos llegado a la situación en que hay que recuperar algunos que son elemntales. Por otra parte mirar al modelo chino ahora en estos tiempos, aún con una política comunista y centralizada, sirve para sacar algunas conclusiones sobre el dinamismo económico que le pueden imprimir a una economía la descentralización y los esquemas de propiedad privada y mixtos, la pequeña propiedad y hasta la hacienda familiar. Sus ritmos de progreso económico y de productividad son imponentes, se han abierto paso en este mundo global y competitivo. No hay que cerrar los ojos a que eso es también a costa de grandes contrastes, explotación velada, incluso trabajo infantil y abuso medioambiental, eso tendrán que solucionarlo porque no es sostenible a largo plazo. Pero lo cierto es que han sabido desde finales de los 80 impulsar desde dentro los cambios necesarios para el despegue económico. Lograron fundir el capitalismo británico de Hong Kong con la China Popular, (2 systems 1 country) un experimento que generaba escepticismo, pero ahí está. Hay enormes diferencias con cuba, demografía, potencial económico e industrial, historia, el temperamento oriental, claro está, pero mirar hacia allí indica que hay que crear riqueza primero, producir, vender, consumir, generar renta…para poder sustentar un modelo social viable, después,…de otra manera, sin fundamento económico consistente, lo que se logra es repartir un PIB cada vez más bajo, repartir socialmente…la pobreza. Y ya no meto más muela¡!
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