Voy aproximándome peligrosamente a mi sueño de ser algún día cantante de boleros, de esos boleros desgarrados, decadentes, bien almibarados, que en el fondo yo soy una romántica perdida.
Me pregunto si tendré el valor de hacerlo alguna vez en público; a lo mejor me lanzo y me quito esa espina clavada, y estará bien, aunque es probable que nunca lo llegue a hacer, y también estará bien porque yo lo que disfruto es descubrir los boleros, maravillarme con sus letras cargadas de sentimiento y sabiduría callejera, detenerme en las inflexiones de las voces, y luego cantarlos en la ducha o en la cocina mientras hago la cena, porque yo soy cantante de puertas hacia adentro, como mi mamá, es una tradición familiar.
De momento sólo tengo un espectador, mi chico, que se burla de mí y sube la tele porque él no entiende nada de boleros, lo suyo es la guaracha, la cumbia, no sé, cosas más ligeritas, que eso de los boleros está pasado de moda, lo sé, pero nunca he estado muy actualizada en eso de las modas.
3 comentarios:
Y quien te dice que no Ibis? A lo mejor y terminas con tu Rincon del bolero alla en Mallorca..
Saludotes desde Texas
Creo que sí, que tu andar por entre las nubes, va bien con eso de cantar boleros,aunque más se te da el filin (españolizado), porque tu voz musical de angelito susurrante, da para entrar en el alma ajena. No lo dudes. Me encantaría escucharte, y creo que lo mejor es que te saques la espinita de puedo o no puedo. Canta en público y ya verás.
Ja ja ja, Tejano, no me des ideas, voy a ponerlo, sí, un día de estos.
Anónimo, a ver si un día me decido, ¡pero después no quiero quejas!
Gracias por tu apreciación.
Publicar un comentario