domingo, 10 de febrero de 2008

Domingo rojo

Bueno, ya tengo todo recogido para mi viaje. No se imaginan lo duro que es comprimir el amor (y las necesidades) en apenas 30 kilos. ¿Qué dejar? Lo que no sea necesario, por supuesto. ¿Y qué no es necesario en Cuba?
Quizás el que no sea cubano no entenderá que prepararse para un viaje a la isla es como prepararse para un viaje espacial, un viaje en el tiempo, (hacia atrás, huelga decirlo).

Y en este proceso perder el control sobre las emociones es lo más natural y cotidiano: primero con las compras. Te vuelves una máquina de comparar precios. Yo no sé ustedes pero yo escojo casi siempre lo más barato (siempre que esté bueno, claro está). A mí eso de las marcas me la refanfinfla, no soporto esa bobería que tan bien ha calado allá de querer sólo cosas de marca. Por suerte mi familia no es así.

Luego toca el turno de empacar, el duro momento de decidir qué llevar, qué dejar. Yo siempre me dejo cosas por el tema del peso. Esta vez me dejo dos sartenes, ropa, unos altavoces... ah, pero eso sí, llevo muchos medicamentos, míos y de la gente, que no pierde ocasión de demostrar su afecto aunque sea a través de medicinas: la excusa perfecta para que no te digan que no.

Es triste, es muy triste tener que decir que no. Yo no sé hacerlo, por ello hoy me enfrento a la posibilidad de que me hagan pagar exceso de equipaje, no sólo aquí en España sino en Cuba, donde son unos ladrones de guante blanco. Da igual que hayas pagado el exceso, o que tu billete te permita llevar 40 kilos. Al llegar allá te espera la pesa de la desgracia: todo lo que esté por encima de 30 kilos debes pagarlo a precio de oro (10 cuc/kg de más). Sin contar los efectos electrodomésticos, esos debes volver a pagarlos. Qué triste, la verdad, qué robo.


... Continuará

7 comentarios:

Betty dijo...

Y aquí llegó tu descarguita del "empaque" y los bultos..y la aduana y el inquisidor "vienes muy cargada, mima?" de los "ayudantes" orbitando justo al salir del avión, a ver lo que se les pega;-) En esto hay tela (marinera) por donde cortar pero hoy es día de fetecunes y de apertura de la Feria del libro así que no voy a muelear...Sólo decir que vale la pena la agitación, el abre y cierra de maletas, porque cualquier detalle es bien recibido, resuelve y causa alegría a la gente al llegar, ojalá se pudiera acarrear más, sin tantas restricciones absurdas (las de siempre de las compañías aéreas + las de la aduana cubana, combinación fatal). Pero cuando así sea ya probablemente no resultará tan necesario el acarreo..todo parejo. Suerte de parranda literaria, qué envidia Iviiiis! un beso

GeNeRaCiOn AsErE dijo...

Mucha suerte por allá. Se me agolpan las penas y por eso no me matan, cuando pienso que llevo 8 fuera de mi
país.

Pasamos a felicitarte por el día de San ValentOn.

Saludos, G.A.

Jobove - Reus dijo...

lleva boligrafos, làpices y sobretodo maquinitas d'afeitar

que te vaya bonito con tu familia y ya nos contaras a la vuelta

besos

Aguaya dijo...

cómo "continuará"????? qué incógnita!!!!
Que te vaya lo mejor posible por la isla!

Anónimo dijo...

Cuba:

Tendría mucho que decir de ese país, lugar o lugar de la conciencia. Muchísimo. Como mínimo desde la imaginación. A veces Cuba me duele como si fuera un tallo de caña de azucar y me partieran por la mitad. No soy cubano. En alguna vida soñé que en otra vida fui cubano. Anoche estuve con un ciudadano nacido en Cuba, pero que marchó para Reino Unido a los veinte años. Nada más me ha dicho que, conoció en persona a Pedro Juan Gutierrez a partir de la lectura de uno de sus libros. Así es como lo encontró. Es uno de los mejores talentos literarios de Cuba que conozco. Es de la trilogía sucia de la Habana. De mujeres poetisas: Carilda Oliver Labra. ¿Cómo he venido aquí? En primer lugar, debido a las tertulias literarias de ARCA, y buscando a Carmen Cerra, la profesora de danza española metida a lectora de poemas. Cosas de la vida.

JOSÉ TADEO TÁPANES ZERQUERA dijo...

Hola Isis:
Te deseo que te lo pases muy bien en la isla y al regreso nos cuentes cómo anda la cosa por allá.
Empacar para irse para allá es tremendo lío. En casa tenemos muchas cajas donde guardamos las cosas destinadas a llevar a la isla. Son cajas que abrimos en el momento junto en que aparece el chance de enviar algo con alguien, una maleta con un amigo, o cuando vamos nosotros mismos. Me maravillo siempre al ver cosas que siempre se quedan esperando para un próximo viaje.
Luego es muy gracioso lo que se forma con la ropa que llevamos para regalar. Yo soy cubano, pero de moda y esas cosas no entiendo nada, y mi mujer (española) tiene más idea de lo que podrían querer para vestirse mis hermanas, primas, sobrinas, etc. Muchas veces ella y yo no nos ponemos de acuerdo:
-¿Tú crees que esto se lo pondrán en Cuba?
-Uff, yo creo que no.
-Esto seguro que sí, que seguro que queda bonito puesto, además, es fresco.
-Que no, mujer, que eso no se lo va a poner nadie allá.
-Esto lo mando para la iglesia, que es de mala calidad
-Que no, mujer, que esa pacotilla de tantos colores allí le encanta a la gente, ya verás.
En fin, que no nos ponemos de acuerdo en lo que debemos o no llevar.
Luego, vamos todos como disfrazados, porque llevamos ropas de esas que dejaremos toda allá. Así que me paso la vida diciéndole a la gente en Cuba, que me siento raro con la ropa que llevo, que no es mía, que me la regalaron, o que la compré en el último momento, que los zapatos me quedan un poco grandes, pero es que se los dejaré a mi sobrino que calza tremenda pata.
El viaje es una desgracia. No puedo dejar de pensar en que al llegar allí me van a parar y a hacer la vida imposible. La estrategia es la de siempre. Mi mujer y mi hija, y los amigos que siempre nos llevamos a conocer la isla, lo pasan todo. Una vez ellos del otro lado con todo a salvo, voy yo con mi cara de culo.
-¿Tú no has pasado por la pesa?
-No
-Pues dale a pesar.
-¿Y por qué tengo que ir a pesar?
-Porque tú eres cubano.
-¿Y eso qué tiene que ver? No entiendo nada.
-Es que aquí hacemos esa pequeña distinción.
-Vale, vale, que estoy jodido por haber nacido en esta isla.
Me voy a la pesa con mi maletincito con 15 kg.
-¿Eso es lo único que tú traes?
-Si. El resto del equipaje lo ha pasado mi esposa y mi hija, pero como ellas son españolas....
-Bueno, pasa.
Paso, y una vez fuera de aquel infierno, pelo suelto y carretera, el aire de la Habana, el entronque de la Cujae, la Avenida de Boyeros, y el primer anillo, conejito y todo recto hasta Cienfuegos y de allí para Trinidad de Cuba, mi pueblo.
Nunca lo he hecho, pero me sueño a mí mismo diciéndole al chofer en medio de las 8 Vías:
-Para el carro que necesito bajarme un segundo. Y una vez en tierra, a la salida de la Habana, bajo uno de esos puentes de la autopista, gritar bien fuerte:
(P..., C....)
Bueno, unas palabrotas cubanas de esas que soy incapaz de escribir aquí, pero que me dejarían como nuevo.
Besitos.
Tadeo

Betty dijo...

Hola, Tadeo Te leí hoy en una entrevista en el diario Metro, bien por ti!
saludos