Bueno amigos, ya estoy de vuelta nuevamente, esta vez me he tomado unas vacaciones largas, una pausa reflexiva y muy provechosa para mi espíritu, para reponer fuerzas, organizar mi vida, mis papeles, mis emociones... en fín, parar.
Siento mucho no estar siempre a la altura, no estar siempre disponible, aunque en el fondo no lo siento tanto porque lo contrario sería esclavitud, y yo no quiero eso, aunque lamento si en ocasiones mi modo de actuar desconcierta o desilusiona a quienes me aprecian o esperan algo de mí. A veces mi actividad ha generado unas expectativas que me han superado, y a veces, no pocas, he torcido el camino, creyéndome capaz de hacer cualquier cosa sin que eso me afectase en mi esencia. ¡Qué equivocada estaba! Cuando cambias tanto de sombrero se te olvida cómo es tu cabeza, y se te olvida la belleza de tu cuello al descubierto, bañado por el sol, expuesto al sereno y a la lluvia. Quiero decir que a uno se le olvida la belleza de lo simple, enredado en sutilezas mundanas, en ese juego de apariencias en el que caemos inevitablemente al vivir en sociedad. Por eso es necesario parar, el tiempo que sea necesario, para mirarse en el espejo y reconciliarse con uno mismo, con los ojos de uno, la sonrisa de uno, el recuerdo de cuando uno era niño, lo que queríamos ser, lo que hemos sido y lo que no hemos sido, lo que podemos aprovechar de todo eso y lo que es necesario tirar, aunque nos duela, pues hay logros que no son tales, o que no son nuestros y a los que es necesario dejar de lado pues llevan en sí la semilla de la discordia y el desamor.
El amor ¡qué concepto subversivo para estos tiempos de odio y egoísmo! Todo el mundo sabe cómo incordiar al prójimo, cómo sacar partido de una situación para ascender, como disimular, pero sabemos tan poco del amor, que es una pena. Sobre todo esto he podido reflexionar en mi pausa, también sobre el motivo de mis ansias de querer abarcarlo todo en esta vida, y aunque ciertamente no haya encontrado todas las respuestas, este silencio me ha traído una paz de espíritu que intuyo es el inicio de una nueva etapa mucho más sosegada, mucho más decisiva para mi camino, una etapa en la que espero den sus frutos muchas de esas semillas que he ido sembrando a lo largo de mi disparatada búsqueda. Y espero compartirlo con ustedes, quienes están ahí por casualidad o por algún motivo que desconozco, por suerte para mí.
9 comentarios:
Bienvenida. Y espero verte en La Habana en Diciembre.
Saludos, Ben, muchas gracias por ´pasarte.
Primo, eso espero, tengo muchas ganas de verte. Un besazo.
no importa si las semillas germinan a fruto o no... lo que importa es que han germinado...
Bentornata Ivis!!!!
mi fá molto piacere leggere il tuo post. Come sempre con il tuo Ivis-Style ci trasmetti i tuoi pensieri e le tue emozioni.
Mi é piaciuto moltissimo la parte dell'amore, e dell'egoismo che ci stá in giro, di quanto le persone (si tratta sempre di terzi che amano infastidire per godersi spettacoli o altro) se ne approfittano di debolezze o di momenti di fragilitá (io interpreto cosi).
Una pausa ci vuole a volte per ricaricarsi, per riflettere, per riordinare la propria vita. In questo senso cara Ivis, sono contento che torni piena di energie.
Besos da Colonia amiga,
Salva :)
Hola Belkis, hola Salva, muchísimas gracias a ambos por pasarse por mi blog. Salva, a tí que eres mi fiel seguidor te lo agradezco de todo corazón. Eres una persona muy especial.
Belkis, tienes razón, eso es lo de menos, lo importante es seguir sembrando. Un saludo.
Cuánto Gané, Cuánto Perdí
Pablo Milanés
Dónde estarán los amigos de ayer
La novia fiel que siempre dije amar.
Dónde andarán mi casa y su lugar
Mi carro de jugar, mi calle de correr.
Dónde andarán la prima que me amó
El rincón que escondió, mis secretos de ayer.
Cuánto gané, cuánto perdí,
Cuánto de niño pedí,
Cuánto de grande logré
Qué es lo que me ha hecho feliz
Qué cosa me ha de doler.
Si era vivir la infancia
Con el ansia de todo saber
Pues el saberlo todo y con nostalgia
Ver lo que se fue.
Dónde estarán, a un lado de mi piel
Los guardo bien y a veces brotarán
Y endulzaran un brusco acontecer
Llenándome de miel que muchos libarán.
Me lanzarán al viento
Y a mi tiempo me retornarán
Vendré feliz y fresco
Para siempre sé donde estarán.
Infortunato, qué linda letra, nunca me había detenido a analizarla. Cuánta poesía en estos versos. Gracias por dejarlos. Un abrazo.
Nunca te fuistes Ivis....pero uno se alegra de tenerte de regreso
Saludostes desde Texas
Gracias amigo tejano, muchísimas gracias a tí que tampoco te has ido de mi blog.
Un abrazo.
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