Siempre me ha causado gran placer observar las cosas duras mientras se deshacen: un bizcocho en el café con leche, la cera de una vela al calentarse, un hombre rudo cuando baja la guardia... Y es que no hay nada tan frágil como lo rígido, como se sabe. Son caprichos de la física.
8 comentarios:
Que curioso.....ahora entiendo mejor algunos de los fenomenos masculinos que tanto nos aterrorizan pasados los 40.Sera que al final es cuestion de naturaleza fisica,lo cual sera la excusa perfecta para explicar lo embarazosamente inexplicable.
Gracias por la fuendamentacion teorica de nuestros complejos de machos.
ROBERTO:
Me encanta ese Anónimo que acaba de escribir, tiene unas palabras como miradas que matan... perdón pero no me pude contener..jajaj
Y al reves tambien pasa, cosas blandas y suaves se endurecen y pueden ser peligrosas ejemplos: el agua cuando se hace hielo (puede cortar un metal), una rafaga de viento que provoca un huracan, una madre luchando por sus hijos, etc.
Qué bonito... interesante apreciación, ¿quién eres?
Ivis, el comentario anonimo fue mio, se me olvido mencionar el cemento (cuando se mezcla con agua), en realidad, la idea, es que esas cosas ocurren en el mundo en dos direcciones. El Santiguero=Faranyi
"Y es que no hay nada tan frágil como lo rígido, como se sabe."
Te quedo bien esta frase.
la física, caprichosa sí, que luego petrifica otra vez ese maleable desdoblamiento, y lo que era duro vuelve a ser duro...y diferente
Huy, como estamos de profundos, ¿no? Esto nos ha salido como un cuadro abstracto y surrealista.
Un besote.
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