De Mercadillo de Santa María |
martes, 11 de noviembre de 2008
Mercadillo de Santa María
No recuerdo si les hablé ya del mercadillo de Santa María. Algunos domingos es parte de nuestra rutina irnos al cercano pueblo de Santa María y recorrer el mercadillo en busca de frutas frescas y alguna cosa que siempre se pega. Como en cualquier mercadillo, los precios son siempre económicos, y el simple hecho de ir es ya un paseo, pues son tantos los géneros de las cosas que se pueden encontrar que es realmente entretenido. Otra cosa que llama la atención es las diferentes nacionalidades que se pueden encontrar detrás de los mostradores; sobre todo africanos, chinos y magrebíes, además de los conocidos gitanos. Disfruten de las fotos.
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2 comentarios:
Amada, la noche llega;
las ramas que se columpian
hablan de las hojas secas
y de las flores difuntas.
Abre tus labios de ninfa,
dime en tu lengua de musa:
¿recuerdas la dulce historia
de las pasadas venturas?
¡Yo la recuerdo! La niña
de la cabellera bruna
está en la cita temblando
llena de amor y de angustia.
Los efluvios otoñales
van en el aura nocturna,
que hace estremecerse el nido
en que una tórtola arrulla.
Entre las ansias ardientes
y las caricias profundas,
ha sentido el galán celos
que el corazón le torturan.
Ella llora, él la maldice,
pero las bocas se juntan...
En tanto los aires vuelan
y los aromas ondulan;
se inclinan las ramas trémulas
y parece que murmuran
algo de las hojas secas
y de las flores difuntas.
besos
Gracias, Te la mà, por este poema tan precioso de Rubén Darío. ¡Guapo!
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