lunes, 31 de agosto de 2009

...y sobre todo no decir cosas que después no pueda sostener

Me he puesto a pensar en el peligroso cerco que tienden las ideas a quienes jugamos a acariciarlas, a ponérnoslas de traje, a intercambiarlas... Las ideas, como las palabras, son engañosas y por sí solas no sirven de mucho; hay que argumentarlas, saber usarlas y también saber decirles adiós.

El inconveniente de hacer de la comunicación un oficio es que, de tanto usar las palabras y las ideas, estas acaban devaluándose, estrujándose y apestando. Hace falta andar con pies de plomo para no caer en la tentación de hablar de más, porque una vez que se saben usar las palabras y los giros del lenguaje parecería que siempre se puede tener una opinión sobre todo, y no es así, no debería ser así. Hace falta humildad y mucho autocontrol para no caer en esta trampa de hablar por hablar.

Cada vez más desconfío de las palabras y me importa más el cómo que el qué, los gestos que el comentario en sí, eso que llaman lenguaje extraverbal, y todavía más -porque existen muy buenos actores- me fío de los hechos. Los hechos no engañan, los resultados son los que son, las interpretaciones pueden variar según el punto de vista, pero los hechos son únicos y están ahí, como piedras en medio del camino para quien quiera o pueda verlos.

Desconfiar de la palabra, desconfiar de las palabras, que son engañosas, desconfiar de las interpretaciones subjetivas de la realidad (cuando no se trata de arte) es una buena máxima para sobrevivir en este mundo de apariencias. No juzgar, ¿para qué si las cosas sigue su curso a pesar de nosotros?, y sobre todo no decir cosas que después no pueda sostener. Esto último tendré que grabármelo porque me encanta hablar de más y ser espontánea, con el inconveniente que esto tiene.

Y hablando de palabras, he aquí una canción bellísima de Marta Valdés, llamada así: "Palabras" en la voz colorida y generosa de Gema Corredera, la guitarra y el filin lo pone Ahmed Barroso. El vídeo es de otros blogueros, mis socios de Generación Asere. Disfrútenla.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ivis, la realidad es que el papel todo lo aguanta y por eso una mirada a los ojos descubre la verdad.

Ivis dijo...

Tienes razón, Armienne, el papel lo aguanta todo, o casi todo. Un saludo.