Cuba acaba de perder a uno de sus mejores fotógrafos profesionales de prensa, y con él, he perdido yo, un amigo, un compañero de muchos avatares profesionales. A Angel González Baldrich, el pérfido cáncer le jugó una mala pasada, cuando él creía que era sólo una indisposición transitoria. Apenas hace un mes se disponía a hacer las fotos que precisabas para tu revista en Palma, y al sentirse decaído me pidió que aplazaras tu solicitud, que él te haría esas y muchas otras después. No pudo ser. Ya no dejará su impronta en las fotos captadas por sus ojos azules, tranquilos como él mismo.
Su hablar, su andar, su vida toda, la ponía en juego en cada foto que hacía. Nunca alardeaba ni le gustaban las parafernalias. Este eminente fotógrafo, que dio sus primeros pasos en la profesión en la década del 50 del siglo XX, en una publicación juvenil que llevó por nombre Mella, y que luego fue fundador del periódico Juventud Rebelde, en donde trabajó hasta hace cerca de un año en que pasó a integrar el grupo de periodistas de la agencia IPS.
Así como vivió, con una excesiva modestia que lo hacía en ocasiones, tratar de pasar inadvertido, así fue hoy su entierro en el Cementerio de Colón en la Ciudad de La Habana: apenas los amigos íntimos, las verdaderas lágrimas sentidas y unas palabras de compromiso de estar todos presentes el lunes próximo, a las cuatro de la tarde, en la apertura de su exposición personal "70 en los 70".
Una anécdota te hago: un día en que yo me sentía triste y perdida por un grave problema personal, estábamos él yo dando cobertura periodística a una rimbombante reunión de empresarios. Baldrich notó mi desasosiego y sin preguntar siquiera me dijo: "vámonos".
Salimos caminando, caminando y me hacía historias de su vida, de cuando perdió a su esposa y se quedó varado, de cuando vio morir a muchos de sus coterráneos en la guerra de Angola...Luego nos sentamos en un parque y oyó sin ni siquiera levantar una ceja, mis quebrantos. Y sin dar consejos, ni opinar ni a favor ni en contra, me exhortó a seguir caminando y sin darnos prisa ni cuenta, anduvimos kilómetros y kilómetros desde el Puerto de La Habana hasta la Plaza de la Revolución. Al llegar al periódico, ya me sentía tranquila, le di un beso, y le di las gracias. Ásí de infalible era este amigo.
Si alguien quiere conocer un poco más acerca de su obra, puede ir a esta dirección.
Si alguien quiere conocer un poco más acerca de su obra, puede ir a esta dirección.
6 comentarios:
gracias a tu mamá por escribir esto.
la gente que no conoció al viejo baldrich puede echar mano a la crónica.
y gracias a ti por colgarlo.
cuando entré al ddt ya el viejo baldrich era el fotógrafo "exclusivo" de opciones, lo que significa que no coincidíamos mucho.
pero era un gran tipo, sí señor.
y gracias a ti por colgar este post, ivis.
Gracias, Garrix, un abrazo.
¿Eres la hija de mi compañera de carrera Zenaida Ferrer?
¿Viviste en el Reparto El sevillano, de la Víbora?
¡Sí! ¡Qué sorpresa!
Por favor a qué correo te puedo escribir
Francisco
Hola Francisco, sí, soy hija de Zenaida. Mi correo es ivisota@gmail.com
Escríbeme cuando quieras.
Saludos.
ivis, nos quedamos con un nudo luego de leer la historia.
may-tony
Hola, Ivis!
Fui compañero de tu mamá en JR.
Publiqué este sentido recuerdo a Baldrich en mi pagina de FB.
Espero te guste. Un abrazo!
R. Paneque
https://www.facebook.com/notes/roberto-a-paneque-fonseca/adi%C3%B3s-a-baldrich-un-genial-fot%C3%B3grafo-cubano/341969322582403
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