miércoles, 26 de septiembre de 2007

Caballos salvajes

Dime cuándo fue que puse freno
a mis caballos salvajes.

Creo que leí una vez que se podían
hallar allí, en los ojos de la gente.
durmiendo como ángeles ocultos.

En el fondo del fondo de los ojos
de esos locos, ahora domesticados
que ponen pasto mezclado con somnífero
a los suyos.

6 comentarios:

General Electric dijo...

"En el fondo del fondo de los ojos"

Fíjate en ese verso: las O parecen ojos que nos miran...

Me gusta ver cuando la forma se vuelve contenido de modo casi inconciente

Yvette dijo...

wow!

alguns veces dejar de ser salvaje cuesta caro. No sabemos si es mejor el remedio o la enfermedad, si es que hay alguna...

Me gusto mucho.

GeNeRaCiOn AsErE dijo...

las nubes son...los caballos del cielo.

un abrazo, T

Ivis dijo...

Chicos, les respondo:

General, eres muy observador. La verdad es que este verso es engañoso porque inconscientemente debo haber estado pensando en un fondo de ojos, que es eso que se hace para medir la visión, qué jodido.
Yve, yo creo que no se puede dejar de ser un poc salvajes, aunque disimulemos, pero esa savia vital tiene que estar ahí, sino apaga y vámonos. Gracias, querida.
Tony, me gusta eso de que las nubes sean los caballos del cielo. Muy poético, buena aportación.
Besitos.
I.

Osvaldo Cleger dijo...

Según Freud todos somos al nacer como esos caballos salvajes... y la cultura, la educación es el invento humano cuyo propósito es domesticarnos los caballos, ponerles el soporífero en la comida... Yo lo veo ahora claramente en el desarrollo de mi hijo

muy bien, Ivis, como acostumbras

Ivis dijo...

Cleger:
Gracias por el halago, es cierto eso, y hay una frase que no sé de quién es que lo retrata muy bien, dice algo así como que os niños y los locos son los que dicen siempre la verdad. A los niños los educan y a los locos los encierran. La cultura tiene doble filo, pero creo que siempre se puede llegar a una solución de compromiso, un punto medio.
Saludos.