Se te notaba al vuelo:
tenías la cabeza
de flores y de pájaros,
las nubes se agolpaban en tu frente
los ojos tormentosos amenazaban lluvia
y un golpe de relámpago
apenas tus pupilas chocaran con la tierra.
Así como los enanos
reconocen su estirpe en el gentío
yo supe que eras yo,
otro yo disfrazado de guitarra.
Más joven, más ingenuo yo,
menos dolido,
sin las descargas eléctricas
que pulverizan al alma en pleno vuelo.
Eras yo cuando volaba,
cuando me ilusionaba
el canto de un pájaro,
y el caer de las aguas del río.
Eras yo cuando tocaba entre mis senos
y el motor de mi sangre hacía un ruido
ora rápido, o lento, ora quejido.
Te miré con razón y con envidia
de haberte conocido.
De no reconocerme hoy que me acuesto
y me duermo en las noches
tal como si mi cama fuera un nido.
6 comentarios:
Este texto tiene una rara onda autoerótica muy bien hilada
Gracias Cleger, antes cultivaba el erotismo conscientemente, pero últimamente está sepultado bajo un montón de trabajo y cosas formales. Espero regresar pronto a él.
good luck then!
un saludazo.
Gracias!!!
Hermoso poema Ivis.
Me encantó conocer tu blog y seguro que me perderé por él a menudo.
Gracias, Ingelmo, por tu visita y halago. Aquí estamos para lo que surja.
Saludos.
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