La Dirección General de Tráfico ha iniciado una nueva campaña en la que desaconseja rotunda y enfáticamente practicar el sexo (cualquier clase de sexo) mientras se conduce. Bajo el lema “Si sexo no conduzcas, si conduces, no sexo” ha lanzado una campaña contra la líbido interprovincial.
La agencia publicitaria encargada de realizar el spot ha tenido que presentar varios proyectos ante la dificultad de los creativos para ponerse de acuerdo sobre cómo enfocar este delicado asunto con la sobriedad requerida.
El primer spot no pasó la censura. En él aparecían fotografías reales de accidentes, pero las expresiones de los conductores en el momento del accidente no resultaban demasiado impactantes. Entonces un experto, tomando como base esta idea pero evitando que se vieran las caras, realizó un spot más dramático y aconsejó emitirlo en horario nocturno.
Lejos de concienciar a los conductores, este spot significó un auténtico fenómeno de rebote: cientos de miles de parejas se lanzaron a probar el sexo en marcha. Ante el aumento sin precedentes de tan temeraria conducta, los directivos de la DGT decidieron instalar luces en todas las carreteras oscuras, así como cámaras dotadas de un potente sistema de infrarrojos para grabar las 24 horas y castigar con multas a los calenturientos conductores.
Esta medida resultó, sino efectiva, al menos una rica fuente de ingresos para este organismo, que ya andaba escaso de fondos.
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