Amo al árbol que yace junto a mí
porque es de roble
bueno y noble.
Amo a ese árbol
no sé por qué motivo.
Quizás porque me escucha y desde su silencio
sé que me entiende
y aunque no pueda decirlo
lo veo en sus hojas verdecidas,
lo veo en su sombra acogedora.
Un día le hice daño, sin quererlo
rasgué su tronco fuerte y poderoso,
con manos miserables.
Lo creí viejo y seco,
pero nunca fue el fruto más sabroso,
y nunca mi conciencia más amarga.
Quizás estaba escrito
que yo habitara un árbol como éste
en esta vida.
No un pájaro, no un pez, un árbol fuerte.
Admirable volumen de músculos y nudos.
Más frágil si más recio.
Bello y fuerte como un felino en guardia.
Seco y dulce como un hombre de antes.
Silencioso.
viernes, 24 de agosto de 2007
Amo al árbol
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3 comentarios:
muy buena poesia felicidades, te saludamos despues de unos dias de vacaciones
Gracias a vosotros por venir por aquí, hasta pronto!
hay si... que bonito!
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